El Cáceres ya cuenta con casi 600 socios, una cifra que llena de satisfacción a los responsables de la nueva entidad. "La respuesta está siendo estupenda, aunque esperamos que el número suba mucho más todavía", afirma Juan Francisco Luis, el presidente verdinegro.

Sobrepasar el medio millar ha supuesto la primera frontera para el Cáceres de la LEB en un proyecto cargado de indefinición en una ciudad que sólo ha visto baloncesto de superélite (de 1992 a este mismo año) o de categorías muy inferiores. La única experiencia en el segundo escalón de la canasta nacional fue en 1991, cuando se militó en la entonces denominada Primera B, que acabó siendo el año del ascenso.

El objetivo, siempre con el barniz del optimismo que Luis le infiere a todo, es alcanzar las mejores estadísticas históricas de la entidad, que en sus primeros años en la ACB llegó a los 3.500 abonados. Los precios han sido rebajados drásticamente para atraer al mayor número de aficionados posible.

Aún hay que evaluar la respuesta de la afición a partir del próximo día 18, cuando los antiguos abonados de la entidad pierdan la reserva de sus sitios en el pabellón.

LA PLANTILLA, AL ´TAJO´

Mientras, el equipo continúa entrenando con normalidad. Ayer la noticia fue la llegada de Mike Higgins, que pasó a media mañana el preceptivo reconocimiento médico junto a su compañero Damon Johnson, que había llegado el martes a la capital cacereña. Por la tarde, ambos acudieron junto al resto del grupo a la sesión de trabajo que tuvo lugar en la Ciudad Deportiva.

Para los primeros días de la próxima semana se espera la llegada de Derell Washington, mientras las negociaciones con Bryan Sallier continúan.