Quizás el mejor partido de los últimos años. Lo tuvo todo la victoria del Cáceres Patrimonio de la Humanidad ante el todopoderoso (otro más que cae) Leche Río Breogán (77-76): emotividad por ser el día que era de presentación de la cantera y regreso de Dani Martínez, calidad técnica con jugadas espectaculares de los dos equipos y un desenlace apretadísimo en el que se pudo imponer cualquiera.

Lo hizo el conjunto de Roberto Blanco, que alimenta así el temporadón que está firmando. Hacía muchos años que el equipo no transmitía tantísimo a sus fieles, cada día más enamorados de lo suyo. La permanencia está firmada y la instancia para los playoffs ya se ha echado. Ya ‘solo’ queda seguir en esta línea de compromiso y juego que mezcla la inteligencia y la pasión. Los verdinegros le pueden ganar a cualquiera. Y lo mejor es que están convencidos de ello.

Anoche ni siquiera les amilanó la ausencia importante de un hombre como Aitor Zubizarreta, suplido a ratos por Ferrán Ventura, Luis Parejo y Milan Nikolic en el papel de segundo base. Y dio que hablar muchísimo que Niko Rakocevic no dispusiese de un minuto pese a no tener problemas físicos. Su entrenador, amigo de sus amigos pero profesional por encima de todas las cosas, no tuvo inconveniente en castigarle por lo que consideró un acto de indisciplina grave durante esta semana.

El partido no tuvo ni un segundo de respiro. La intensidad fue máxima, pese a que en el primer cuarto el marcador fue abultado y además en contra de los locales (19-30). Fue engañoso porque el ‘Breo’ no demostró ser tan superior y lo único es que tuvo un brutal acierto en los triples (7/10) que no se podía mantener. Además, acumulaba problemas con las faltas, especialmente las tres de Mo Soluade, que estaba resultando un dolor de cabeza para Ricardo Úriz. Por si fuera poco, se lesionó Massine Fall.

Las fuerzas empezaron a igualarse entonces, esta vez con el Cáceres utilizando el recurso de los triples vía Úriz y Parejo (27-30, min. 12). Sin embargo, los visitantes se escaparon de nuevo (27-40, min. 15) y estuvieron a punto de dejar la situación bastante allanada al descanso. No tuvieron en cuenta algo fundamental: su oponente nunca-nunca-nunca se rinde. Y eso es un salvoconducto para hacer cosas grandes. Al descanso, 44-45 y todo por decidir.

AGONÍA Y REDENCIÓN

Con Úriz desatado, el tercer cuarto fue el momento de Paco del Águila, hasta entonces desubicado, pero que demostró que puede ser otra pieza muy útil. A la noche empezó a ponérsele más color verdinegro a medida que tener que afrontar cada ataque se convertía en un dolor de muelas para el Breogán (58-56, min. 25), aunque generaba preocupación el gran número de tiros libres fallados.

Con 63-60 quedaban diez minutos que iba a ser incluso más taquicárdicos. La ventaja local se mantuvo a duras penas, pero resultó suficiente. Aunque cansadísimo porque su oponente presionaba muy adelante, Úriz siguió dando un ‘curso’. Con triplazos de Nikolic y Powell se encaró un minuto final en el que el marcador ya no se movería del 77-76, incluyendo el fallo en el último segundo de Sergi Quintela en una penetración suicida. Para ponerse una y otra vez el vídeo.

FICHA:

CÁCERES:

BREOGÁN:

-Marcador por cuartos: 19-30, 44-45 (descanso), 63-60 y 77-76.

-Árbitros: Sacristán, Terreros y Martín. Sin eliminados.

-Pabellón: Ciudad de Cáceres.

-Espectadores: 2.300.

-Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Ricardo Úriz (21), Luis Parejo (11), Sylvester Berg (6), Jordy Kuiper (5), Jorge Bilbao (10) -cinco inicial- Milan Nikolic (5), Paco del Águila (7), Ferrán Ventura (3), Arkeem Joseph (9).

-Leche Río Breogán: Mo Soluade (9), Salva Arco (5), Dagoberto Peña (13), Massine Fall (0), Marshawn Powell (13) -cinco inicial- Elijah Brown (11), Christian Díaz (8), Strahinja Gavrilovic (0), Rauno Nurger (4), Alex Olah (0), Sergi Quintela (13).