Intransigencia. Intolerancia. Inflexibilidad. Tres palabras prácticamente sinónimas que pueden encontrarse en el discurso de los representantes legales del Cáceres CB y Deon Thomas respecto a la otra parte. Ambas están enfrascadas en una pelea dialéctica y judicial que tuvo su momento culminante cuando el jugador se negó a entrenar el lunes por falta de pago. La decisión se mantuvo ayer en medio de un clima de creciente nerviosismo dentro de club, que exigió inmediatamente su regreso a la actividad y que ya piensa en contratar a otro jugador para que pueda incluso jugar el sábado el decisivo partido contra el Fórum.

Mientras Thomas seguía en su casa, el resto de sus compañeros se ejercitaban con aparente normalidad. En los despachos, pocos avances. "La única solución es que paguen lo que deben. ¿Qué trabajador en este país está trabajando sin cobrar durante cuatro meses?", manifestó Margarita Abella, abogada del pívot. No es la misma versión que la que expresa su colega Basilio Hermoso, asesor jurídico del Cáceres, quien recuerda que los jugadores han cobrado ya noviembre gracias a las últimas gestiones del club y que Thomas no ha accedido a levantar el embargo preventivo que mantiene sobre el club para que todos puedan estar al día.

SOLUCIONES

Y es que el Cáceres dice tener el dinero para resolver la situación y que éste sólo está retenido a la espera de que se resuelva el contencioso con Thomas y Bobby Martin, también representado por Abella. "Han exigido que la subvención de la Junta de Extremadura vaya directamente a ellos y no me parece bien, porque también tiene que cobrar el resto de la plantilla", afirmó ayer en diversos medios José María Bermejo. El presidente verdinegro dijo que se le habían ofrecido distintas soluciones para aplazar el pago pero que no se había aceptado ninguna. Es exactamente la versión contraria a la de la abogada de los americanos: "les propusimos pagar una parte del contrato ahora, pero se niegan por completo". La situación parece haber entrado en un punto muerto y Bermejo ha sugerido que están imperando "los intereses particulares" del entorno de Thomas.

El Cáceres espera en breve recibir el documento del ayuntamiento en el que se le asegura que su subvención anual será de 360.000 euros (60 millones de pesetas) para poder intentar canjearlo por esa cantidad en una entidad bancaria.