Ya lo decía Felipe Vela el día del sorteo. Acababa de conocerse la baja de Juan Carlos Ferrero y el azar emparejaba a David Ferrer y Feliciano López en primera ronda, dos de la principales bazas mediáticas del Master. El presidente ejecutivo del Consorcio Cáceres 2016 no podía ocultar su deseo de cara a una hipotética final, una vez conocido el cuadro completo de enfrentamientos. Pues bien. Parece que la suerte ha querido hacer un guiño a su predicción.

El público asistente al Master Nacional de Tenis-Copa de Su Majestad el Rey también ha tenido su premio. Su predilección ha quedado clara durante los dos días previos. Deseo concedido. Ferrer y Verdasco, Verdasco y Ferrer son finalmente los elegidos. Solo uno de ellos se llevará la gloria final en Cáceres y podrá presumir durante el próximo año de ser el campeón de España de tenis. Sustituirá a Almagro, coronado el pasado año pero ya fuera del torneo tras ser eliminado por Verdasco en un duelo intenso, precioso y solventado merced a detalles muy puntuales. El de Ferrer, en cambio, fue un paseo triunfal sin apenas resistencia por parte de Montañés.

HAMBRE DE TENIS La afición cacereña, tras el atracón tenístico del jueves, quería ayer más tenis. La primera semifinal respondió a las expectativas. Verdasco y Almagro se emplearon a fondo y dos tie-breaks fueron los jueces de la contienda. Ambos cayeron del lado del madrileño.

La segunda semifinal no dio tiempo a saborearla. La superioridad de Ferrer liquidó el choque en cincuenta y cinco minutos. El público pedía más y en los últimos momentos animaba a Montañés para que forzara un tercer set. Era una entelequia. Ferrer iba sobrado.

Un público que ayer respondía de manera más masiva que en la primera jornada. Sin embargo y pese a todos los augurios previos, el aforo del Multiusos (alrededor de 5.000 personas) no acabó de tapar completamente el verde de los asientos. Se completó hasta el ochenta por ciento en su mejor momento (durante el duelo Ferrer-Montañés), pero había zonas considerablemente despobladas.

ZONAS RESERVADAS Uno de los casos más comentados fue el bajo aforo que en las dos jornadas se ha percibido en uno de los fondos, concretamente en el reservado para invitados. Al parecer, ese espacio es una especie de cajón de sastre en el que confluían todos los invitados o compromisos procedentes de diferentes instituciones, empresas y organismos deportivos. A semejanza de lo ocurrido en el Masters Series de Madrid esas zonas reservadas no han sido convenientemente ocupadas, con la controversia y la desdibujada imagen que ello produce.

Curiosamente tampoco se vivieron apreturas en el resto del pabellón, pese a estar casi todo el papel vendido. Algunos huecos en diferentes partes del recinto eran suficientemente reveladores.

No empañó, no obstante, esta circunstancia la impecable organización del Master y el nivel exhibido por los distintos participantes. Algunos agoreros pensaron que los tenistas vendrían poco menos que de paseo. El tiempo se ha empeñado en quitarles la razón y en justificar el empeño de los que apostaron por un evento deportivo de élite para promocionar la capitalidad. Ferrer y Verdasco ponen hoy el colofón a la fiesta del tenis.