Francisco Javier Hernández González, Javi Chino (22-01-1987, Badajoz), ha entrado en el club de los 100 partidos disputados defendiendo la camiseta del Mérida, 65 en Segunda B y 35 en Tercera, solo superado por el canterano Borja García (112), ahora en las filas del Jumilla, y por Johny (111), ya retirado. Es decir, que teniendo en cuenta el protagonismo que está teniendo en la temporada, el capitán del Mérida podría convertirse a lo largo de esta campaña en el futbolista que más veces ha defendido la elástica romana.

-100 partidos ya y llegó para una fase de ascenso...

-Sí, llegué para cuatro partidos, aunque si caíamos ante el San Juan era para dos. Ya van cien, y a seguir sumando. Estoy muy orgulloso. Yo era capitán del Badajoz, pero ese proyecto iba a acabar porque no habíamos subido y mi prioridad era venir a Mérida. La verdad es que fue una situación complicada, porque dos amigos se lesionaron de larga duración, Regino y Manolo Parra, y estaba contento por el fichaje, pero a la vez muy triste por ellos.

-¿Qué le dijeron en casa cuando comunicó que se ibas al eterno rival?

-Me acuerdo perfectamente que llegué de Pamplona, de caer eliminado con el Badajoz, y le dije a mi mujer en plan broma: «Imagina que me llamara el Mérida». Todo esto sin yo saber nada. Ella se fue a trabajar, yo me eché la siesta y me despierto con un mensaje de Bernardo Plaza [actual director deportivo, en aquel momento entrenador del Mérida]. Me costó bastante que me dieran la carta de libertad, gané enemistades, pero es lo que tiene estas cosas.

-¿Cómo se consigue que la gente le quiera tanto, desde el primer día?

-Yo me considero buena persona, el que hable mal de mí es porque no me conoce. Jugando siempre intento dar lo mejor de mí, me salgan mejor o peor las cosas. Me siento muy querido en Mérida y superorgulloso.

-De los 100 partidos, ¿cuál es su peor recuerdo?

-Langreo, porque aunque llevaba poco tiempo lo sentí como si llevara todo el año. El mismo día del partido, Bernardo nos puso un vídeo de los familiares y de mi familia no tenía imágenes. Me pidió disculpas y le dije que no pasaba nada, que ya me había emocionado viendo las familias de los demás. Y luego salgo a calentar y sin saber nada, veo a mi padre y a mi hermano allí con la afición.

-¿Y el mejor?

-Al año siguiente en Laredo. Movilizamos a mucha gente. El ascenso y la fiesta aquí en la calle, fue lo más bonito.

-Más allá de algún partido, ¿qué momento destaca dentro del vestuario en todo este tiempo?

-Todos los años siempre ha habido buena armonía, porque mientras esté yo, siempre va a ser así, pero el año pasado había muchos momentos de muchísima unión. Cuando echaron a Campos, esa semana entrenamos todos los días y el martes nos encerramos todos los jugadores en el vestuario para decirnos todo lo malo. Cada uno lo que pensaba. A jugadores que no estaban dando el nivel se le echó la bronca y a raíz de ahí, si llega a durar dos jornadas más la liga, nos metemos en playoff.

-Poco antes de echar a Campos, juega de titular y marca frente al Granada B. Un gol que supone un punto de inflexión para usted...

-Sí, yo llegaba de un verano en el que en mi despedida de soltero me dicen que no me renuevan, días después al final sí, pero el entrenador, José Miguel Campos, me dice que va a cambiar mi rol, que voy a estar en el banquillo. Vamos a Melilla, perdemos cuatro a cero y el entrenador me dice que cómo estoy. Le contesto que no lo sé físicamente porque prácticamente no había jugado en pretemporada. Pero el fútbol por eso es tan bonito, juego titular, en el 65 quería pedir el cambio porque no podía más y a la jugada siguiente marco un gol, el único con la camiseta del Mérida, y dije que ya de aquí no me movía nadie, eso me dio fuerza.

-Hay quien dice que cada año Javi Chino mejora porque es más inteligente y sabe mejor lo que tiene que hacer, además, cada año se tiene que pelear con el entrenador porque nunca parte como teórico titular y termina jugando...

-Fútbol. A mí, desde bien chico, me decían los entrenadores que destacaba porque era un jugador muy listo que sabía donde tenía que estar y dicen que la mejor edad de los futbolistas es entre los 30 y los 34, que es cuando tienes toda la experiencia. Cada año me encuentro mejor y es verdad que cada año empiezo de cero, porque los entrenadores vienen con su idea y entiendo que Javi Chino es un futbolista que no le gusta a todo el mundo, pero luego el césped es el que no engaña.

-¿Quién es mejor capitán, Johny o usted?

-(Risas) No puedo hablar mal de él porque es una gran persona, tengo una grandísima amistad con él, lo he tenido de capitán en Villanueva y aquí. Fue un gran capitán, de hecho, lo veo y le llamo capitán.

-En un vestuario con jugadores con tanta experiencia, ¿se apoyas mucho en ellos?

-Sí, a principio de temporada hablé con Santi Villa y me gusta pedir opinión a lo más veteranos para intentar que el vestuario no se tuerza, porque son muchos jugadores nuevos y cada uno viene de un sitio diferente.

-Nafti dice que es el tercer entrenador...

-Eloy [Jiménez] también lo decía el año pasado, pero no me daba bola (risas). Yo hablo mucho dentro del campo y se lo agradezco al míster que lo diga, porque eso quiere decir que estoy jugando (risas) y que siga.

-¿Cómo ve la temporada? ¿Se puede mejorar lo del año pasado, es decir, quedar cuartos?

SEnDVeo muchísima igualdad. Ganas dos partidos y estás arriba, empatas o pierdes uno y estás peleando con los de abajo. Estamos teniendo muy mala suerte con las lesiones, porque no son musculares, no es culpa de nadie, son roturas. Todos tenemos muchas ganas de ver al Mérida con todos, yo también, porque para entrenar es mucho mejor con 20 que con 14, como hemos estado. Si hay más calidad en los entrenamientos se ve reflejado en los partidos. Hemos hablado con los compañeros que hay que intentar hacer los máximos puntos posibles hasta Navidad, porque después nos vamos a reforzar con los lesionados y con lo que pueda venir. De Navidad a verano, ya veremos hasta dónde podemos llegar.