Pocas veces seis años dieron para tanto. Y si no que se lo pregunten a esta abogada valenciana que ha estado desde el 2011 al frente del márketing de la Federación Española de Fútbol (RFEF) y de la dirección de la selección. Allí, María José Claramunt aglutinó tanto poder que llegó a ser una de las personas más influyentes de ese patio tan corrupto al que llegó de la mano de Villar, íntimo amigo del exjugador Pepe Claramunt, padre de la ahora defenestrada ejecutiva.

De carácter fuerte, por tener que moverse "en un mundo de hombres", tal como ella sostenía, la íntima amiga de los jugadores de La Roja, que la apodaban la 'jefa' y a la que el juez Santiago Pedraz quitó la careta dentro de la llamada 'Operación Soule', encontró la puerta de salida de la RFEF que le enseñó Juan Luis Larrea, presidente en funciones de una caótica federación, que alguien todavía intenta sujetar para evitar que caiga hecha pedazos.

Inicio en el Valencia

Los comienzos de María José en el Valencia se remontan al mismo día en que su padre, el futbolista José Claramunt Torres, recibía el homenaje del club un 18 de junio de 1997 después de sudar la camiseta che desde 1966 hasta 1978. "¿Usted qué sabe hacer?", le preguntó Francisco Roig, presidente del Valencia, a María José. "Estudio Derecho", contestó ella. "Pues mañana llama a Manuel Llorente y ven a trabajar al club". Y el consejero delegado la puso a vender camisetas en la tienda del club.

Después de 10 años le llegó el ascenso hasta convertirse en la nueva directora general de relaciones sociales e institucionales del club. Todo ello amparado en su buena relación con la mujer del presidente Juan Soler. Pasó de negociar los contratos de publicidad del club y los jugadores a pactar las primas con los futbolistas. En el 2011, la gran amistad entre Pepe Claramunt y Villar propició que María José llegase a la federación con el aval de Jorge Pérez, entonces secretario general de la RFEF.

Exigente en el trabajo y disciplinada

Entre las cualidades de María José destacaba su exigencia en el trabajo, su disciplina y su permanente intento de mejorar. Eso se decía desde Vos Sports Marketing & Entertainment, la empresa que organizó varios eventos para la federación. En uno de ellos, el de la inmensa carpa de La Roja en el Mundial de Brasil, en Curitiba, se le fue la mano y se disparó el gasto. Claramunt se lavó las manos y culpó a Pérez. Desde entonces el secretario general cayó en desgracia hasta que fue despedido por Villar.

Gastos desmedidos

A la hora de hablar de gastos, los de María José no se quedaban cortos. Esta amante de la pintura, con fama de gafe (cumplió 43 años el mismo día en el que Italia eliminó a La Roja de la Eurocopa de Francia) ha vivido durante más de dos años en un lujoso hotel de cinco estrellas, aunque asegura que fue la federación la que se lo buscó y que no lo pidió. En lo referente a su sueldo, percibía 371.225 euros al año hasta el 2015. Entre los años 2010 y 2012 cobró 227.530 euros de la sociedad Vos.

Todo eso consta en el auto del juez Pedraz, que le achaca presuntos delitos en los contratos de patrocinio y venta de los derechos televisivos de los amistosos de La Roja. También se detalla en el auto el aumento de ingresos de la empresa Vos, que proceden de la RFEF. De 86.398,42 en el 2010 se pasó a 644.777,20 en el 2011. Seis años después, María José ha visto cómo ni los pesos pesados de la selección, con los que, entre otras cosas, negoció el dinero que percibirían por los anuncios, han podido mantenerla en su puesto.