José Manuel Calderón demostró ayer que sí se puede ser profeta en la tierra de uno. El jugador de los Toronto Raptors compartió dos intensas horas con el más de un centenar de socios de su peña que participó en la celebración del segundo aniversario de su fundación. Volvió a celebrarse en un lugar en el que a Calderón, como a muchos otros villanovenses, le trae recuerdos de infancia, el Badén. "Es un día para disfrutar todos, para ellos es importante y para mí también".

En su apretada agenda de compromisos hizo un hueco para estar con su gente, aunque ello le obligara a dejar las maletas en el coche para irse desde allí a Vitoria, donde hoy entrena con su preparador físico. Allí estará toda la semana ejercitándose; luego regresará para seguir trabajando con su entrenador personal.

Un esfuerzo que sus paisanos supieron agradecer con continuas muestras de cariño. "Me hubiera gustado estar más tiempo; es el segundo año de la peña y cada vez hay más gente". No en vano también hubo socios que se desplazaron desde Badajoz, Ciudad Real e incluso Madrid.

Muchos compromisos

Calderón reconoció estar disfrutando de sus vacaciones. "Es diferente porque estoy muy tranquilo, y no tengo que pensar en baloncesto, para mí eso son vacaciones, aunque es cierto que cada vez tengo más compromisos".

En esa agenda tiene ahora marcado en rojo el Campus Calderón que se celebrará en Cáceres, y también en Llanes, lo que le hará viajar de un lado a otro. Acerca del primero, anunció que trabajan para que el próximo año pueda ampliarse a 500 ó 600 niños más.

Para la Peña Villanovense José Manuel Calderón ayer fue un día de fiesta. Hubo orquesta, subvencionada por el ayuntamiento, y la peña entregó refrescos y una parrillada a sus socios. Su presidente, Pedro Carmona, y el responsable de prensa, Jonás Bernal, llevaban meses organizándolo. La gran terraza del bar Casa Guille estaba cuidadosamente decorada con pancartas y fotografías del baloncestista.

Gracias a empresas colaboradoras, la peña repartió a los socios camisetas conmemorativas, pañoletas, fotografías, pegatinas y lo más codiciado por los pequeños, balones con los que jugar en la canasta instalada en el exterior. Objetos todos que con suma paciencia y atención, Calderón fue firmando, al tiempo que atendía las continuas peticiones de fotografías.

Pero el deportista villanovense se llevó algo más que múltiples besos, abrazos y felicitaciones. Su peña quiso que se llevara un recuerdo de sus seguidores y le hizo entrega de un cuadro con un busto suyo elaborado en resina, obra del escultor también villanovense Antonio Ramos.

Ahora la peña planea viajar al Europeo para animar a su ídolo, indicó el presidente. Intentan gestionar 60 entradas. Algo que será realmente difícil, como reconoció el propio Calderón: "ahora no hay excusas para ir, el problema son las entradas porque todos nos hemos quedado sorprendidos de cómo se vendieron en apenas una hora para todos los partidos de España". Y es que "Calde , es mucho Calde ".