Ramón Calderón ya es historia en el Madrid. El hasta ayer presidente blanco presentó su dimisión ante la extrema presión interna y externa. Las fundadas sospechas de arreglo de la asamblea del pasado 7 de diciembre han supuesto el último episodio en la oscura carrera presidencial del hombre que accedió al cargo en el 2006 tras unas elecciones marcadas por las trampas en el voto por correo. Vicente Boluda, importante empresario naviero y uno de los vicepresidentes, se queda al frente del club hasta la celebración de las elecciones, que tendrán lugar el próximo verano.

"Me voy con las manos limpias, con la conciencia tranquila y con menos dinero y salud". Así se expresó un emocionado Calderón en su despedida como presidente. Con lágrimas en los ojos, tras el mismo atril en el que 48 horas antes había apuntado que marcharse era de cobardes o de alguien que tuviera algo que esconder, Calderón quiso dejar un mensaje de pureza antes de hacer pública su dimisión, que era un hecho por la mañana.

El expresidente llegó al club a las 11.30 horas acompañado por su mujer, Teresa. Tras reunirse con sus directivos, dejar el club en manos de Boluda y atar todos los detalles y cabos, el casi centenar de periodistas que se agolpaba en la calle, donde no faltó ni la policía a caballo, fue citado a las seis de la tarde para una rueda de prensa.

LA OPINION DE LA JUNTA Con una puntualidad inusual, Calderón se limitó a leer un comunicado. En la primera fila se encontraban todos sus directivos, a excepción de Pedro Trapote, Luis Guerrero y José Manuel Serrano. Unas filas más atrás aparecían el montenegrino Pedja Mijatovic, director deportivo; José Angel Sánchez, director general, y el nuevo director de comunicación, Alejandro Elortegui.

El dimisionario inició su mensaje negando la evidencia y con un emocionado alegato sobre su inocencia. "Como dije en mi última comparecencia, ni soy un cobarde ni tengo nada que ocultar. Reitero mi juramento solemne sobre la falsedad de lo que hayan podido leer o escuchar sobre mi participación o conocimiento de lo sucedido en la asamblea", declaró el expresidente.

Pese a las filtraciones de la noche anterior sobre las tremendas presiones de la directiva para obligarle a dejar el cargo, Calderón aseguró que se marchaba "en contra de la opinión de todos los miembros de la junta", y añadió que lo hacía para pacificar la entidad, algo que durante su mandato ha sido una tarea prácticamente imposible.

"He tomado la decisión de ceder la presidencia del club con la intención y la esperanza de que la entrega de mi cabeza, tan perseguida desde el inicio de mi mandato, ayude a pacificar una masa social alterada y confusa de manera permanente".

El ya ex presidente del Real Madrid atacó, sin referirse nominativamente, a las informaciones del diario Marca aparecidas en los últimos días sobre presuntas irregularidades cometidas en la última asamblea de socios. "El éxito de los que han buscado mi destitución desesperadamente es el triunfo de la injusticia y de la maldad", dijo un Calderón que no reconoció en ningún momento la veracidad de las noticias.

Finalmente, aludió que la situación que atraviesa su familia le ha empujado a tomar este camino: "En la decisión que he tomado ha pesado muchísimo el acoso al que está siendo sometida mi familia".