La marcha de Sergio Rodríguez deja en cuatro el número de españoles que esta temporada disputan, desde la pasada madrugada, la NBA: Pau Gasol (Lakers), su hermano Marc (Memphis Grizzlies), Rudy Fernández (Portland Trail Blazers) y, por sexto año consecutivo, el extremeño José Manuel Calderón (Toronto Raptors). El equipo canadiense en general y el base de Villanueva en particular viven un particular momento de inflexión: se ha ido la gran estrella, Chris Bosh, y las perspectivas no son buenas de cara a entrar en los playoffs .

Calderón ha completado una pretemporada más bien gris, prolongación de la última campaña, en la que sus promedios en la mayoría de los apartados estadísticos descendieron. Incluso su titularidad es cuestionada y ya no levanta la unanimidad de antaño en la prensa y la afición de Toronto. Tras frustrarse el pasado verano su traspaso a Charlotte Bobcats, no es nada descartable que vuelva a entrar en quinielas para salir del club, que quiere liberarse de su alto contrato, alrededor de ocho millones de euros anuales por esta y dos temporadas más.

De cómo sepa resolver estas circunstancias desfavorables dependerá el éxito de Calde en los próximos meses, que se toma abiertamente como "un desafío". Así lo ha escrito en su web. "Detecto en todas las preguntas que me hacen cierta sensación de preocupación. Si soy sincero, yo también estoy preocupado. Ahora bien, preocupado no significa derrotado. Hay muchas caras nuevas y nos falta el referente de nuestros últimos años. Cuando yo llegué a Toronto hace 5 temporadas, Chris era el baluarte del equipo y lo ha seguido siendo. Siempre estuvo ahí, ahora ya no. Está claro que otros debemos asumir su papel y responsabilizarnos de lo que él hacía. Ya no podemos pensar en Chris", considera.

"Estoy bien y me siento bien --añade--. La pequeña lesión que sufrí antes del Mundial está olvidada. Jay Triano el entrenador sabe que puede contar conmigo, igual que siempre, y que estoy listo desde el primer momento".