REAL MADRID: (16+28+27+19) Lucas Victoriano (7), Alberto Herreros (16), Alex Mumbrú (5), Lucio Angulo (4), Dragan Tarlac (6) -cinco inicial-, Alain Digbeu (13), Alston (13), Alfonso Reyes (8), Mulaomerovic (16) y Hernández-Sonseca (2).

TAU VITORIA: (23+15+17+27) Elmer Bennett (13), Foirest (13), Palladino (11), Andrés Nocioni (11), Luis Scola (18) -cinco inicial-, Sims (2), Vidal (14) y Gadou (-).

ARBITROS: Martínez, Murgui y Pérez Pérez. Excluyeron por personales a Nocioni (m.36) y Tarlac (m.40).

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la vigésima jornada de la Liga ACB.

El Tau Vitoria proporcionó una refrescante bocanada de aire fresco a los oprimidos pulmones del Real Madrid reabiertos para la Copa, con una reacción de rabia frente al campeón de la ACB y la satisfacción de haber ganado en el Raimundo Saporta, su peor enclave en la actual campaña.

El presente tiene a la afición madridista de uñas, aunque su lealtad resulta intachable. La grada sufre pero los jugadores también, más que nadie. Ellos soportan el castigo más intenso, un castigo que no les deja indiferentes, que les atormenta y les angustia.

La ansiedad de los blancos es tal que hace posible lo ilógico, porque contemplar cómo Lucio Angulo se abalanza sobre Luis Scola y le suelta el brazo intencionadamente un minuto y cuarenta segundos después del salto inicial no entra dentro de lo razonable. Es un claro síntoma de sufrimiento, de presión, de todo lo que se quiera.

Scola y Andrés Nocioni trajeron de cabeza a todo el Madrid en un flojísimo primer cuarto del cuadro madrileño. La defensa exhibida por los hombres de Javier Imbroda en los diez minutos iniciales fue un calco de la que tres días antes había empujado al Villeurbanne al ´Top 16´ de la Euroliga. Una broma.

Los dos argentinos del Tau firmaron diecinueve puntos en ese primer cuarto, más que todo el Real Madrid junto (16-23). Al equipo vasco no le costó ningún trabajo, lo consiguió a ritmo de entrenamiento y ajeno a las ausencias del estadounidense Rashard Griffith y el extremeño José Manuel Calderón.

Pero lo vio tan fácil que se confío. No esperaba que las rotaciones obraran el milagro y reanimaran a un rival agonizante, pero eso fue lo que ocurrió. Cuando el Tau quiso darse cuenta y rehacerse iba camino del vestuario con un parcial de 28-15 en contra --y eso gracias a cuatro puntos seguidos del recién llegado Elmer Bennett en los últimos segundos--, por debajo en el marcador (44-38) y el equipo de enfrente resucitado.

MOMENTO DECISIVO

Esta temporada los terceros cuartos le han costado muchos disgustos al Madrid. Había que esperar su reacción para saber si la sacudida protagonizada ante los campeones era fiable o puntual. Sus artífices, Alberto Herreros, Alfonso Reyes y Derrick Alston, ofrecían garantías, pero el Madrid de estos tiempos necesita demostrarlo todo.

El Tau tuvo que asumir la consistencia del repunte madridista ante lo que se le vino encima en los seis minutos que siguieron al descanso. Los blancos se pusieron a veinte puntos de distancia con una inusitada facilidad (61-41) y acabaron el periodo orientados hacia un triunfo por el que algunos habrían dado la mitad de su ficha (71-55).

Alfonso Reyes conservó la suya a buen recaudo, pero la justificó con un gran trabajo dentro de la zona, vital en su momento para reflotar a los suyos y nuevamente vital en el último tramo para amarrar el partido y ganarse un respiro.

El Madrid concluyó el trabajo mientras Reyes ocupaba la atención de los pívots alaveses (78-57 m.32) y el Tau, sólido en Europa y titubeante en la ACB, lanzaba una desesperaba carga final que sólo sirvió para suavizar la derrota.