Malasia, su calor, su tremenda humedad, su asfalto, que más se asemeja a una parrilla que a una pista, ese circuito con esas dos tremendas rectas donde se alcanzan los 300 kms/h., ofreció ayer tres carreras en las que los que más triunfaron, Jorge Lorenzo (Yamaha, MotoGP) y Toni Elías (Moriwaki, Moto2), decidieron que no tenían necesidad de ganar. ±Había tanto en juego, tanto, que entiendo que otros quieran ganar, pero ni yo ni Jorge íbamos a poner en peligro la victoria de nuestra vida: el título mundial", reconoció un mareado y descolocado Elías al término de la carrera de Moto2. "Ya lo dije: lo importante era el título, no importaba el resultado", añadió Lorenzo, que acudió al corralito del podio para abrazarse al campeón de Moto2.

Victorias para otros

Esas, las de Moto2 y MotoGP, fueron dos carreras para los demás. Para el italiano Rodolfo Rolfo, que hacía dos años que no ganaba; y para Valentino Rossi, que hacía seis meses ("¡seis!, a mí me han parecido seis años") que no se subía a lo más alto del podio. Ellos sí entraron en la pelea. Rolfo, liderando la carrera desde el primer momento e imponiéndose a Alex de Angelis, otro en busca de la gloria perdida. Y, en la categoría reina, el que ganó llegó desde atrás, en el más puro estilo Rossi, para imponerse a Andrea Dovizioso y a Lorenzo, que viajaba en la carroza del campeón.

Pero Sepang, Malasia, fue mucho más. Fue la demostración de que la armada invencible del motociclismo español, ese grupo de pilotos que desean compartir gloria con el fútbol, el básquet, el tenis, la F-1 y tantos vencedores del siglo XXI como genera el deporte español, acaparará, ahora sí, ahora ya sí, las tres coronas. Y lo hará, no solo porque Marc Márquez, Nico Terol y Pol Espargaró dominan la categoría de 125cc sino porque un valeroso, un atrevido Efren Vázquez, un vasco intrépido, relegó a la quinta posición de la carrera al británico Bradley Smith, el único que podía evitar el pleno de los españoles. Smith está ya a 76 puntos de Márquez cuando restan solo 75. Ya no llega a tiempo de evitar el triplete de coronas mundiales españolas.

Y la que queda, la tercera, la más pequeñita, empieza a tener ya dueño. Márquez, que podría convertirse en el español más joven que gana un título, en sustitución de Dani Pedrosa (el más joven en lograrlo fue Loris Capirossi), volvió a redondar otra de sus grandes carreras. En Sepang, el pupilo de Emilio Alzamora, otro campeón, hizo el Grand Slam: pole, vuelta rápida, victoria y conquista del liderato. "Queda mucho y tanto Nico como Pol han demostrado estar muy en forma. Habrá que pelear hasta el final pero, bueno, al menos ya hemos recuperado el liderado". Es, sin duda, el tercer hombre. Huele a tercer campeón español.