Con dos metros de corazón y nombre de pabellón, Juan Pérez Márquez (Badajoz, 3 de enero de 1974) es el jugador más importante de la historia del balonmano extremeño, y uno de los más brillantes de este deporte en España. De hecho, es el segundo balonmanista nacional más laureado de todos los tiempos, tras Demetrio Lozano, y el único que participó en todos los títulos de su época, durante una década, de los años 1996 al 2006.

Fue 204 veces internacional con la selección española, siendo el octavo jugador de la historia que más veces ha vestido la camiseta nacional. Con España, el jugador pacense se proclamó campeón del mundo en Túnez 2005. Obtuvo dos medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 y Sydney 2000, a las órdenes del emeritense Juan de Dios Román en el banquillo, actual presidente de la Federación Española de Balonmano. Y también jugó en Atenas 2004. De igual modo, logró tres platas en los Campeonatos de Europa de los años 1996, 2000 y 2006 y un bronce en el 2000.

Ver jugar a la leyenda

Los aficionados tendrán ahora la oportunidad de ver jugar en vivo a Juancho Pérez. "La única vez que he jugado en Badajoz fue en enero del 2010, en un partido benéfico cuando vino la selección española a disputar un trofeo", explica Juancho, para recordar que años atrás, "hicimos un partido con el Balonmano Valladolid tras la riada, pero yo estaba recién operado del menisco y no pude jugar. Y posteriormente, cuando vino la selección para jugar un amistoso ante Francia, el seleccionador Pastor no me convocó".

Por clubs, Juancho Pérez ganó una Copa de Europa, tres Recopas, cuatro ligas Asobal, cuatro Copas y tres Supercopas de España. En España estuvo 17 años como profesional. Conquistó el Barcelona, Valladolid, Ademar León y el Portland San Antonio, en el que se retiró el 16 de mayo del 2009, tras jugar ante el Torrevieja.

Dos años, cuatro meses y ocho días después, Juancho volverá a jugar. Y ya se suceden las anécdotas. "Un amigo me ha llamado para decirme que devuelva el regalo que me hicieron cuando organizamos mi fiesta de despedida en Pamplona...Poco a poco me llegarán las llamadas de ánimo y vacilada, pero de momento no ha habido excesiva presión de los amiguetes", ríe.

Y subraya que "el pequeño revuelo de mi regreso es positivo, por dar más cancha al equipo, pero mi objetivo solo es echar una mano en la pista".