Desde ayer se está disputando en el Norba Club de Cáceres el Campeonato de España sub-18 de golf. Me cuentan los que saben de verdad de este deporte que en el torneo se han dado cita verdaderos talentos, que el espectáculo está garantizado (a ver si la climatología ayuda un poco más) y que los anfitriones están felices por ejercer como tal en un evento competitivo de primera magnitud nacional.

Echo en falta, en cualquier caso, promoción del torneo, precisamente en un lugar donde han crecido deportiva y humanamente Jorge Campillo y Javier Colomo, dos profesionales del golf. El primero ronda el lugar 100 del mundo y está haciendo una gran temporada. Entrenando en casa, por ahí ha coincidido con los jóvenes talentos españoles, como lo fue él, ya una realidad.

Decía que ha faltado dar al acontecimiento deportivo un empujón, pese al trabajo del club y de gente como Adolfo Juan Luna. Y es que, para ser un campeonato de España, no ha habido una presentación. Ni siquiera en el ayuntamiento, no digo en el Norba. Ni una triste rueda de prensa, que hubiera dado un poco de realce al campeonato. Triste que en la era de la velocidad de la comunicación ocurra esto.

Esta semana sí se ha presentado un congreso sobre turismo y deporte en Extremadura. Bien hecho, pero si nos ocurre lo que ha sucedido con el campeonato de España de golf apañados estamos. Tenemos a dos jugadores de primera línea en el escalafón nacional e internacional, como resaltaba antes, y orgullosos que estamos de ello. No hubiera estado de más que alguien hubiera ‘vendido’ el evento como estoy seguro que merece y que, por ejemplo, hubiera informado sobre el estado de la cantera golfística de la comunidad y sobre si hay ‘Campillos’ o ‘Colomos’ en el horizonte. En fin. Lástima. Que estamos metidos en el búnker, encallados, sin pasar el corte.