En su oficina de Salamanca: nada. En su teléfono móvil personal: nada. En la sede del club: nada. Félix Campo es uno de los hombres del deporte extremeño con los que más difícil es hablar, sobre todo en los últimos meses. El presidente del Cacereño nunca ha resultado demasiado accesible para la prensa, pero en desde principios de año sus intervenciones públicas han estado limitadísimas por voluntad propia.

Ayer, este diario intentó contactar reiteradas veces con él para conocer su versión sobre la venta del club al grupo encabezado por Antonio Martínez Doblas y Angel Marcos. La operación está parada de momento tras un principio de acuerdo. No hubo manera de tener a Félix Campo al teléfono, a pesar de que una gran parte de la afición reclama una explicación pública.

Aguinaga y Borrallo

Tampoco las personas de su entorno dicen demasiado sobre cómo piensa Campo, habitualmente hermético en sus deliberaciones. De hecho, uno de sus más estrechos colaboradores, José Ignacio Aguinaga, afirma que el presidente nunca le ha comentado nada sobre las negociaciones para traspasar sus acciones. El director general del club verde afirma incluso enterarse por EL PERIODICO EXTREMADURA de las gestiones. "Nunca me ha pedido consejo y no tiene por qué hacerlo", afirma Aguinaga, que dice que el Cacereño mantiene una gran actividad interna estos días, "la normal de todas las pretemporadas".

El nuevo entrenador, Bernardo Plaza, se encuentra en la misma situación, con una plantilla aún muy lejos de definirse y constantes altas y bajas. La última marcha puede ser la del defensa Rubén Borrallo. Había llegado desde el Plasencia, pero ahora está a punto de marcharse a Escocia. Mañana el Cacereño juega en Los Palacios a partir de las 21.00 horas.