El Cáceres 2016 sabe que probablemente tenga que rebajar en algo su presupuesto para la próxima temporada. En estos tiempos de crisis, las ayudas institucionales disminuyen, las empresas no pueden apoyar tanto y el aficionado se piensa recortar los gastos domésticos no abonándose. Sin embargo, el del club extremeño es un caso positivo en la LEB Oro, una competición en la que buena parte de sus componentes está teniendo serios problemas para configurar su proyecto de cara a la próxima temporada.

La Federación Española ya ha comunicado a los interesados que deben cumplimentar sus requisitos antes del 9 de julio. Y no se prevé que sean menos exigentes que en los años anteriores: principalmente 218.000 euros de aval y 40.000 de cuota de inscripción.

Las apreturas afectan en todas las latitudes, empezando por Canarias, donde Tenerife y La Laguna, dos clubs que comparten isla pero que han sido rivales acérrimos, trabajan en una fusión que dé como resultado una entidad fuerte. De no haber acuerdo, el que más problemas tendría para sobrevivir sería el Tenerife, acuciado por las deudas. La Palma también arrastra problemas y ya teme un descenso en el patrocinio de Cajacanarias.

En Cataluña, tanto Sant Josep Girona como Tarragona atan cabos estos días decidiendo si se mantendrán en la LEB Oro. Ninguno de los dos ha hecho movimientos significativos en sus plantillas a la espera de lo que pueda suceder.

Mientras tanto, el Mallorca, que se ha caracterizado por la austeridad en los últimos años --se fusionó en el 2008 con el Basquet Muro--, adeuda varias mensualidades a los jugadores.

Los recortes de los grandes pueden afectar más abajo. Es el caso del Clínicas Rincón, filial del Unicaja. Cajasol y Real Madrid también dan por hecho que no mantendrán a sus equipos en LEB Plata.

Ni siquiera el Alcázar, que con un alto presupuesto ascendió hace unas semanas a LEB Oro, tiene asegurado salir.