El comisionado de la NBA David Stern ha anunciado esta madrugada la cancelación de las dos primeras semanas de competición después de que los dueños de los equipos y los jugadores no llegaran anoche, tras siete horas de negociaciones, a un acuerdo sobre el nuevo convenio colectivo y el reparto de los ingresos. El desacuerdo ya forzó a suspender la pretemporada.

Ambas partes se reunieron el lunes por la tarde en un hotel de Nueva York y al igual que sucedió en la reunión del domingo no han logrado acercar posiciones para llegar a un acuerdo. "Ambas partes están muy separadas en casi todos los asuntos claves. Simplemente hay un mar que nos separa", ha explicado Stern.

Los jugadores habían aceptado recibir el 57% de los ingresos que genera la NBA --actualmente cobraban el 53%-- pero no están dispuestos a rebajar esa cifra. Por su parte, los propietarios exigen un reparto a partes iguales. El dinero en juego es mucho. La pasada temporada la NBA generó 3.800 millones de dólares.

El cierre patronal (lock out) ha llegado ya a los 102 días, desde el pasado 1 de julio. Los jugadores se las están ingeniando para no perder la forma y han llegado a acuerdos para jugar o entrenar temporalmente en equipos del extranjero. Es el caso de Kobe Bryant, Tony Parker o los hermanos Marc y Pau Gasol, por ejemplo.

Los jugadores han utilizado sus cuentas de Twitter para expresar su pesar por la cancelación de las dos primeras temporadas, que dejan, por ahora, la competición en 81 partidos. "Quiero decir a los aficionados qeu estamos desolados. Es un día tríste para todos", ha escrito la estrella de los Heat de Miami, LeBron James. Dwyane Wade, también de Miami, recuerda a sus fans que "esto es un lock out, no una huelga".