Robert Forster, del Gerolsteiner, ganó la decimoquinta etapa de la Vuelta disputada a lo largo de 182 kilómetros entre Motilla del Palancar y Almussafes, en un confuso esprint en el que quedaron descolocados los principales especialistas, mientras que los favoritos llegaron a la ansiada jornada de descanso con Valverde al frente y las diferencias intactas.

Forster, alemán y ganador de la última etapa del Giro de Italia en Milán, ganó con claridad ante el australiano Stuart O´Grady (CSC) y el italiano Danilo Napolitano (Lampre). A continuación, cruzaron la meta dos de los favoritos, el noruego Thor Hushovd (Credit Agricole) y el campeón olímpico Paolo Bettini, cuyo equipo, el Quick Step, luchó a destajo para colocar a su jefe de filas, esta vez sin suerte.

El vencedor, que marcó en meta un tiempo de 4h.24.55, a una media de 41,2 kms/hora, se vio favorecido por un esprint en el que cundieron los nervios y las maniobras extrañas. El alemán Zabel (Milram) quedó eliminado a 2 kms de la raya final por culpa de un inoportuno pinchazo, su compañero italiano Alessandro Petacchi quedó encerrado en la última curva y no pudo demostrar su evidente progresión. Forster, bien colocado, anduvo listo para conseguir la sexta victoria de la temporada ante un pelotón que llegó dividido.

SIN RIESGOS Los Valverde, Kashechkin, Carlos Sastre y Vinokourov se cuidaron de ir delante para evitar los problemas de última hora y no perdieron tiempo alguno, no así Gómez Marchante, que se dejó 17 segundos en una jornada de trámite cuyo único objetivo de los gallos de la general es pasar sin novedad otra hoja del calendario.

De la meta al avión para disfrutar en Almería de la segunda jornada de descanso. Alejandro Valverde voló con la camiseta dorada reforzada después de la contrarreloj de Cuenca en la que lució. Afrontará la última semana con Kashechkin a 48 segundos y Sastre a 1.25, como inquilinos provisionales del podio. Vinokourov, cuarto, reposará con una desventaja de 1.38 y Gómez Marchante, quinto, de 2.23.

Jorge García (Relax GAM) fue el protagonista sin premio de la jornada con una escapada de más de 100 kilómetros que se estrenó en el kilómetro 5 junto al finlandés Carlstrom. El ciclista maño, ex del Baqué, dejó la compañía del corredor del Liquigas en el avituallamiento del km 80 y partió en solitario dispuesto a dar a su grupo minutos de publicidad, que es la forma de vencer que tienen los más modestos.

La máxima ventaja de García fue de 6.30, cuando apenas se había cumplido la primera hora de una carrera que se disputó al habitual ritmo elevado de la presente edición (más de 40 por hora). Pero como el pelotón no está para regalar nada a nadie y menos los equipos de los esprinters en vísperas de la montaña andaluza, se pudieron el mono de trabajo el Credit Agricole, Milram y Quick Step, que comenzaron a perturbar el sueño del animador del Relax.

A 17 kilómetros de la factoría automovilística de Almussafes que albergó la meta ya rodaban juntos los 156 supervivientes de la Vuelta, listos para empezar con la gestión de la etapa, con el viento atizando de cara. El líder de la montaña, Piotro Cuacchioli (Credit), se metió a maquinista del enorme tren, con el Milram muy generoso en materia de relevos.

Unos últimos 5 kilómetros de frenesí, controlados por el Quick Step de Bettini, a más de 55 por hora, velocidad disuasoria para cualquiera que se quisiera hacer el valiente.

En medio de la descontrolada marabunta surgió Forster a 150 metros, lanzado previamente por Haselbacher. El alemán, de 28 años, se agarró a la rueda buena de Napolitano y apareció brazos en alto para firmar su segundo triunfo en una carrera de las grandes. "Iré al Tour a completar la trilogía", dijo.

CONTROL AL ASTANA La noticia también estuvo fuera de la carrera. Los corredores del Astaná, a excepción de los kazakos Andrey Kahechkin y Alexandre Vinokourov, que ya se había marchado del hotel cuando llegaron los médicos de la Unión Ciclista Internacional (UCI), pasaron por la mañana controles sanguíneos.

Los corredores del Astaná, a excepción de los mencionados, se encontraban montados en los vehículos del equipo para el traslado a la salida cuando llegaron los inspectores, por lo que tuvieron tiempo para someterse a un control que fue apto para todos.

Kashechkin y Vinokourov salieron con ligera antelación para ir descansando en el autobús. El vehículo no dio la vuelta hacia al hotel a pesar de la solicitud de los inspectores. También pasaron controles los ciclistas del Ag2r.