Oscar Pistorius personifica el espíritu de superación de los Juegos Paralímpicos. Deportistas que quieren ser juzgados simplemente como tales porque no se ven como discapacitados. El atleta surafricano, que estuvo a un paso de disputar los 400 metros en las Olimpiadas, se ha convertido en la gran atracción del Nido de Pájaro, donde ya se ha colgado el oro en los 100 y 200. La historia de este joven de 21 años (al que le amputaron las dos piernas cuando tenía 11 meses y que ganó la batalla a la IAAF para optar a la cita olímpica) es uno de los más de 4.200 relatos de sacrificio que, desde el día 6 y hasta al miércoles, se agolpan en un evento que, cada cuadro años, gira los focos hacia un colectivo demasiado acostumbrado a vivir en el silencio mediático.

"Nunca he estado en unos Juegos Olímpicos, pero no pueden ser mucho mejores que esto. Los Paralímpicos son especiales e increíbles", aseguró Pistorius tras ganar los 100 metros. Blade Runner, que con una marca de 46.25 se quedó a 70 centésimas de la mínima olímpica en 400, confía que en Londres 2012 podrá seguir la senda de su compatriota Natalie du Toit y disputar ambas competiciones. La nadadora, de 24 años y que a los 17 perdió una pierna en un accidente de moto, es, junto a la polaca Natalia Partyka (oro en pimpón), la única que ha encadenado los dos grandes competiciones de Pekín. "No hay diferencias entre ambos Juegos", aseveró. Decimosexta en los 10 kilómetros olímpicos en aguas abiertas, en los Paralímpicos ha sido la reina del Cubo de Agua, donde ha conquistado cinco oros (50, 100 y 400 libres, 100 mariposa y 200 estilos).

En la piscina que debería rebautizarse con el nombre de Michael Phelps en honor a los ochos oros del Tiburón de Baltimore emergió también con inusitada fuerza Enhamed Enhamed. Este canario de origen saharaui ha sido la gran estrella de la delegación española, integrada por 133 deportistas. Invidente desde los ocho años, con 21 recién cumplidos se convirtió el domingo en el mejor nadador ciego del mundo al ganar en los 50 libres su cuarto triunfo en Pekín y su tercer récord del mundo. "Es el mejor final para unos Juegos que serán inolvidables para mí", sentenciaba emocionado al lograr una presea que se sumaba a las de 100 y 400 libres y 100 mariposa.

Con los bronces de Atenas en 100 mariposa y 400 libres, Enhamed acumula seis metales, nueve menos que Xavi Torres. Con discapacidad de nacimiento en las cuatro extremidades, logró su 15 medalla paralímpica al acabar segundo en los 150 estilos en la categoría SM4.

La jornada de ayer

Un oro, una plata y tres bronces fue el broche con el que el equipo español cerró su brillante actuación en el Cubo de Agua, en una jornada en la que su único metal fuera de la piscina fue el bronce del mediofondista Abderrahman Ait Khamouch, llegado a España en una patera hace seis años y que perdió un brazo cuando tenía ocho.

El Cubo de Agua ha sido sin duda la sede más talismán para los paralímpicos españoles, que se colgaron en sus aguas en total 31 medallas, de las 55 que España tiene hasta ahora y que la ubican en el noveno lugar del medallero. En ellas está incluida la del pacense Enrique Floriano, plata en 400 libres en deficientes visuales el pasado jueves.

Otro podio de acento extremeño llegó ayer. La aragonesa María Teresa Perales, cuyos padres son de Acebo, no solamente se colgó ayer su tercer oro en Pekín y quinta presea, sino que lo hizo con récord del mundo, 35.88 en los 50 libres categoría S5. "Mejor imposible. Era lo que yo soñaba", explicó tras recoger la medalla, con la que iguala a Purificación Santamarta, la atleta invidente española más laureada, que también consiguió un total de 16 medallas paralímpicas.

Pese a la fascinación que producen sus historias de superación, su principal reto es el mismo que el de los 82 millones de discapacitados que hay en el mundo: acabar con las barreras físicas y mentales que perviven todavía en nuestra sociedad.