El entrenador del Sevilla, Joaquín Caparrós, anunció este domingo, a la conclusión del partido que su equipo ganó en Valladolid (0-2), que padece una leucemia pero que esta enfermedad no necesita tratamiento ni le impide seguir con su trabajo.

El técnico utrerano, que cumple su cuarto partido en el Sevilla tras la destitución de Pablo Machín, señaló en la sala de prensa del estadio José Zorrilla que se le ha diagnosticado esta enfermedad pero que se le ha detectado a tiempo y que ha querido anunciarlo para evitar «más comentarios». Caparrós resaltó que se le nota «en la cara» que está «feliz» y que quiere «transmitir» a todos los que les quieren que va a «dar mucha guerra».

Aseguró que quería aclarar este tema para evitar más rumores y declaró: «Me hierve la sangre roja y se ha picado la roja con la blanca. Me han diagnosticado leucemia, pero no me impide entrenar. Me han cogido a tiempo, estoy feliz y voy a dar aun mucha guerra», concluyó.

Sobre el partido ante el Valladolid Caparrós explicó que el vestuario está «feliz» por meterse en la pelea por la ‘Champions’, «dejar la portería a cero y llevarse los tres puntos», tras ir «de menos a más» ante un Valladolid que les «sorprendió al principio».

Inició su intervención, tras imponerse su equipo por 0-2 en el José Zorrilla, mostrando su alegría por volver a una ciudad «en la que huele a fútbol» y reconoció que el Valladolid «jugó bien».

Aunque, en este caso, el Sevilla ganó gracias a su acierto, frente a un rival que no lo tuvo, analizó los 90 minutos para comentar que, si bien en la primera mitad les costó adaptarse al esquema de los vallisoletanos, tras la reanudación metieron al rival en su campo, tuvieron la posesión y aprovecharon las ocasiones. «Tenemos un equipo con calidad y pudimos hacer goles», añadió.

La temporada pasada el Sevilla vivió una situación similar con Eduardo Berizzo, que tuvo que ser operado de un cáncer de próstata, poco antes de ser destituido por los malos resultados, lo que reportó duras críticas hacia el club sevillista.