Alejandro Jiménez González, Álex Jiménez, capitán del Miajadas, cree que "es una irresponsabilidad jugar sin tomar más medidas preventivas contra el covid". El pasado domingo, durante el partido de Copa Federación en el que su equipo cayó eliminado frente al Trujillo (0-1), llamó la atención que el central miajadeño disputara los 66 minutos que estuvo en el terreno de juego equipado con mascarilla.

Álex dice ser de la misma opinión que muchos jugadores de otros equipos pero habla a nivel personal cuando afirma que “sólo tenemos las recomendaciones del CSD y estamos saliendo a jugar sin ningún protocolo de la Federación Extremeña. Sabemos que los test PCR son inviables económicamente, pero algunos clubs o jugadores a nivel particular se han hecho los serológicos, que no cuestan tanto y dan cierta tranquilidad, pero tendríamos que hacerlos todos” .El futbolista se muestra preocupado cuando añade que “es un problema de tomar conciencia y adoptar las medidas que se puedan, pero mientras que no sean impuestas, cada uno hace lo que le parece. Por poner un ejemplo, en el fútbol profesional, con muchos más controles, se limita el uso de los vestuarios y las duchas, mientras que nosotros los usamos con normalidad”.

Esbozando una sonrisa asegura que “algunos pensarán que soy un hipocondriaco, incluso algún rival me preguntó que por qué llevaba mascarilla, y yo le contesté que qué hacía él sin llevarla”. Y añade: "Yo no vivo del fútbol y en mi familia hay un bebé, personas de riesgos, negocios familiares…sólo intento protegerlos dentro de lo que esté en mi mano, así que seguiré jugando con mascarilla, aunque confieso que cuesta un poco, pero se puede. Yo la llevo desde el primer entrenamiento”.

Álex admite haber llegado a plantearse, en algún momento, no jugar en estas condiciones, pero concluye: “El fútbol también es un motor para volver a cierta normalidad, pero siendo conscientes de la gravedad de la situación y haciendo las cosas bien, y, hasta ahora, aquí no se están haciendo bien, ni en amistosos ni en la Copa Federación. Da la sensación de que hay más control en las gradas que en los propios jugadores”.