La División de Honor B de rugby tendrá que esperar para el CAR Cáceres, que ayer perdió por 18-17 la eliminatoria frente al Universidad de Granada de forma polémica. Los cacereños se quejan del arbitraje del madrileño Linares, que según ellos les privó de culminar la remontada --en la ida perdieron por 21-25-- en los últimos minutos.

"Ha sido claro que nos han debido pitar a favor un ensayo de castigo que nos hubiera dado la eliminatoria", afirmaba el entrenador del CAR, Juan Rosado, en el viaje de vuelta. "Ha sido frustrante, increíble. Hasta el entrenador del Granada lo ha reconocido. Hemos hecho un partidazo, pero nos quedamos fuera", agregaba.

Y es que el CAR realizó una espléndida primera parte, remontando la diferencia en contra que traía del primer partido y marchándose al descanso con un rotundo 0-10. Después reaccionaron los locales, que se pusieron poco a poco por delante. Sin embargo, el empuje final de los extremeños resultó fortísimo en la búsqueda de los puntos que hubiesen dado la vuelta al tanteo global. "Lo hemos tenido en la mano y nos lo han quitado. No nos han dejado ganar y la pena es por los jugadores. Muchos de ellos estaban llorando por la injusticia", cuenta Rosado. Su equipo ya no podrá estar en la ronda decisiva, en la que hubiese tenido como rival al Murcia.