Algo o nada. Acaba la cuenta atrás para el partido más decisivo del Cáceres en los últimos años --a la espera de los que puedan llegar después-- y el Fórum Valladolid le recibe esta tarde (19.00 horas) en una cita de incuestionable relevancia. El que pierda --sobre todo si es el Cáceres-- habrá llamado con fuerza a las puertas del infierno de la LEB. De infarto.

El partido contiene unas dosis de dramatismo sólo comparables a las del quinto encuentro de las eliminatorias por la permanencia de la temporada 92-93, cuando el equipo extremeño se lo jugó el todo por el todo en Lliria. Entonces, un casi milagroso triunfo le otorgó una larga vida en la élite del baloncesto. Hoy vuelve a encararse con la historia en un momento supremo de emoción con la misma intención: ganar y asestar un golpe definitivo a su oponente. Pero el otro lado de la moneda conduce casi directamente a la categoría inferior y casi haría accesorio el tramo final del campeonato.

POR SEIS

Y es que el Cáceres llega en peores condiciones al día D : con una victoria por debajo de su oponente, en una cancha que será más caliente de lo habitual y teniendo que remontar además los cinco puntos por los que los vallisoletanos se impusieron en el funesto partido de la primera vuelta. Al conjunto de Manolo Hussein no le vale vencer por esos cinco puntos para rebasar al Fórum en la clasificación, sino que tendrá que hacerlo por al menos seis, debido a que también tiene muy desfavorable el average general.

Incluso en caso de esa victoria, el camino estaría sólo relativamente allanado. Después habría que hacer los mismos resultados que el Fórum en los cuatro partidos restantes. Y parece que los de Luis Casimiro tienen un calendario teóricamente más sencillo (Fuenlabrada, Manresa, Barcelona y Auna) que los verdinegros (Breogán, Joventut, Estudiantes y Unicaja Málaga).

Nadie faltará en el polideportivo Pisuerga, pese a que algunos jugadores de ambos equipos (Hurl Beechum, Kevin Thompson, Anthony Bonner) han tenido problemas físicos esta semana. También estará la afición cacereña, como en todos los momentos culminantes de su club, y son al menos tres los autobuses que se desplazarán hasta la capital pucelana. Su aliento --el mismo que otorgaron en Lliria y en el frustrado sueño copero de León, en 1997-- será tan fundamental como el dominio de los tableros por parte de Thompson y Gabriel Muoneke, la dirección de Ferrán López o el tiro de Hurl Beechum. También será importante comprobar cómo ha encajado el grupo --y sobre todo Joffre Lleal-- el modo en el que se produjo la última derrota liguera, frente al Pamesa Valencia, en un encuentro en el que los verdinegros hicieron méritos más que suficientes para ganar.

En el Cáceres existe un indisimulado temor a que el colectivo arbitral haya sido aleccionado para no facilitarle la salvación a un club que arrastra una eterna crisis económica, que este año se ha visto extremadamente acentuada. Contando con ello, la esperanza está en la mente de todos los estamentos del club, que se resisten a dejar el lujo que supone militar en la ACB.