ESPAÑA 89 (28+14+21+26): Rudy (19), Ricky Rubio (8), Llull (3), Garbajosa (9) y Gasol (4) --equipo inicial--, Reyes (8), Raúl, Vázquez (19), Mumbrú (8), Claver (5) y San Emeterio (6).

CANADA 67 (17+20+11+19): Anderson (11), Brown, Doornekamp (2), Kendall (7) y Anthony (4) --equipo inicial--, Olynyk (14), Bell (5), Bucknor (4), Sacre (8) y Shepherd (12).

ARBITROS: Michael Aylen (AUS), Borys Ryzhyk (UKR) y Juan José Fernández (ARG). Sin eliminados.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la quinta y última jornada del grupo D, con sede en Esmirna, del Mundial de baloncesto de Turquía.

Algunos podrían calificarlo como la suerte de los campeones. Otros, como un guiño del destino. Lo cierto es que España, a pesar de su mala trayectoria, cerró ayer la primera fase del Mundial, con el objetivo cumplido, como segunda de grupo y evitando en el cuadro a EEUU hasta una hipotética final. Resultó una carambola inesperada, que le llegó tras su victoria ante Canadá (89-67) y la derrota de ayer de Francia ante Nueva Zelanda, que produjo un triple empate entre los tres equipos, del que salió beneficiado el equipo de Sergio Scariolo.

El camino para España quedó así un poco más despejado. Pero, desde luego, no es ningún chollo. La selección se medirá mañana mismo a Grecia en los octavos de final, en una repetición de la final del último Mundial, y en caso de vencer se cruzaría con el vencedor del Serbia-Croacia en cuartos. Casi nada.

Al margen de los cruces que le esperan a España a partir del lunes, la gran preocupación es Juan Carlos Navarro. El escolta azulgrana sufre fuertes molestias en la espalda, que le impidieron alinearse ayer frente a Canadá, aunque no fue solo una cuestión de precaución. "Aunque hubiera sido un partido a vida o muerte no hubiera podido jugar", admitió Scariolo. "Son unas molestias que ya arrastraba en los amistosos de pretemporada. Me están poniendo inyecciones y confío en estar a punto para octavos", reconoció el propio jugador.

Esa fue la razón por la que Scariolo probó ayer algunas variantes de juego. Llull actuó algunos minutos como base. Rudy volvió a la posición de escolta y Mumbrú y San Emeterio actuaron como aleros. "Navarro es muy importante para nosotros y volverá en cuanto esté bien, pero estas también son alternativas", apuntó el seleccionador.

San Emeterio, Llull y Mumbrú cumplieron, pero eso no evitó que un sabor agridulce acompañara ayer a la selección, que viajó a Estambul nada más concluir su partido, consciente de que ahora, en la fase final, ya no queda margen para el error. España acabó su participación en Esmirna con un triunfo frente a Canadá, el tercero de la primera fase. Pero aún pesan en el subconsciente del equipo las dos derrotas frente a rivales que se intuían inferiores como Francia y Lituania. Los dos acudían a Turquía con bajas de tanto peso como las de España. Y Lituania había sido barrida dos veces en la pretemporada por los hombres de Scariolo.

TRABAJO MENTAL Esas dos derrotas han creado dudas, igual que ocurrió hace un año en el Europeo. Así que el trabajo para Scariolo será tan estratégico como mental, aunque ayer el técnico dejó claro que nunca ha tenido malas sensaciones en esta primera fase. "Las sensaciones que tengo son las que me transmite el equipo y estas nunca han sido malas durante un 97% del tiempo. Ahora te das cuenta de que hay que ser más duros y jugar más concentrados para ganar finales igualados. Es una buena lección que hemos sacado", indicó.

"Los síntomas que percibo es que vamos hacia arriba", confesó ayer Garbajosa, uno de los referentes del vestuario. "Pero tampoco hay más remedio. Ya no hay tiempo para lagunas ni para lamentaciones". También Ricky se apunta a esa dinámica. "No hemos acabado contentos esta primera fase. Hemos cometido errores, pero hacemos algunas cosas bien".