Carlos Moyá, primer favorito, se apuntó en Madrás (India) su primer título del año y conservó la corona conquistada el pasado año ante el mismo rival que ayer, el tailandés Paradorn Srichaphan. Moyá, quinto jugador del mundo, intentó prolongar el excelente momento con el que finalizó el pasado curso y que le convirtió en el tenista determinante de la final de la Copa Davis frente a Estados Unidos.

Sin embargo, el tenista balear, que se adjudicó el triunfo después de resolver el duelo en tres mangas (3-6, 6-4 y 7-6) estuvo contra las cuerdas durante varias fases del choque, especialmente en el tramo final del duelo, donde consiguió romper en dos ocasiones el servicio de su adversario cuando servía para ganar el título (5-2). Esto terminó por hundir al jugador de Tailandia, segundo cabeza de serie, que disputaba su cuarta final seguida en Madrás, bagaje que sólo saldó con un triunfo. El español, que ha decidido donar la totalidad de los beneficios económicos adquiridos por el triunfo a las víctimas del maremoto que asoló el sudeste asiático el pasado 26 de diciembre, se ha convertido en la bestia negra del tenista asiático, que ha sucumbido en las tres ocasiones en las que se han encontrado.

Moyá, de veintiocho años, ha sumado en la India el decimoctavo título de su carrera. Ahora enfilará en Sydney la puesta a punto de cara al primer Grand Slam del curso, el Abierto de Australia.