Harto de estar tan harto, Rafa Benítez se despide emocionado del Valencia. Y lo hace con lágrimas en los ojos, porque es de carne y huesos y persona sensible y entrañable, a pesar de la distorsionada imagen que la prensa madridista se empeña en dar de él. No puede continuar un proyecto por el que ha dado la vida porque tiene el enemigo en la propia casa. Le han acuchillado, mancillado, despreciado, zacadilleado... desde la mayor parte de los estamentos del club y él ha callado bocas a golpe de títulos. No se va por dinero, ha despreciado una oferta de mil millones del Besitkas, persigue un proyecto. Que tengas suerte, amigo.

*Periodista.