Carolina Marín venció a la japonesa Nozomi Okuhara, número 3 del mundo, en la primera ronda del Abierto de China, por 21-16 y 21-18 en 46 minutos de partido, demostrando que ya está de vuelta y que ha superado por completo la grave lesión de rodilla que sufrió hace siete meses. Hace una semana, la onubense reapareció en el torneo de Vietnam y aunque su rival, la tailandesa Supanida Katethong, era en principio accesible, perdió. La jugadora declaró que estaba «bastante decepcionada, aunque contenta por las sensaciones de la rodilla».

Ahora en China, torneo Super 1000 de máxima categoría, Marín ha vuelto a lo grande. Vencer a la número 3 del mundo en primera ronda es todo un pasaporte hacia el lugar donde sólo pueden estar los mejores, aunque seguro que todavía tiene altibajos lógicos en su juego producto de la larga inactividad competitiva. En octavos de final, se medirá con la estadounidense Beiwen Zhang, número 11 del mundial.