El técnico Francisco José Lobo Carrasco dijo ayer durante su presentación como entrenador del Real Oviedo que este club es un "lujo", reconoció que la realidad del conjunto asturiano tras su reciente descenso a Tercera es "difícil" y "dura", y confesó que añora "la presión".

El exinternacional del Barcelona protagonizó la rueda de prensa más multitudinaria celebrada en el estadio Carlos Tartiere en los últimos años en la que compareció junto al consejero José Ramón Prado y al director deportivo Ismael Díaz Galán, exentrenador del Cacereño.

Carrasco desveló que ficha por el Real Oviedo con "muchísima ilusión", algo que para él "no tiene precio", y sobre la presión que rodea a un equipo grande venido a menos, apuntó que a él le gusta que sentir que el estadio "reclama cosas".

Invitó a los aficionados a respaldar al conjunto oviedista, mostró su confianza en la capacidad del grupo. "A veces", dijo, "si hay un buen grupo puede hacer que rinda más que alguien que tenga más categoría".

"Aquí los futbolistas nos van a hacer grandes", sostuvo Carrasco, que señaló que no quiere jugadores que "miren" al banquillo de su equipo para decidir qué van a hacer sobre el terreno de juego. Asimismo, indicó el entrenador: "Los jugadores que Ismael ponga a mi disposición, lo primero que van a saber es que esta camiseta no la va a llevar cualquiera".