A Raúl González, en diez años en la primera plantilla del Real Madrid, le ha dado tiempo para vivir numerosas anécdotas, la mayoría positivas y otras algo menos, como se encargó de relatar ayer en una extensa conferencia de prensa.

Así, contó cómo todo un ídolo como Emilio Butragueño le invitó a comer un día a su casa a los pocos días de llegar al primer equipo. "Imaginaos a un chaval como yo en la casa de Butragueño. No me lo podía creer. Me presentó a su mujer y a sus hijos. Lo que Santillana hizo con él, lo quiso continuar con los nuevos. Ahora soy yo el que debe dar consejos a los jóvenes que me lo piden".

En sus primeros días en el vestuario alucinó con Michael Laudrup. "Cuando entré en el vestuario le vi pasándose el balón por encima de la cabeza desde el pie derecho al izquierdo sin que se cayera. Hoy no creo que haya muchos que puedan hacerlo. Lo repetía ocho y nueve veces seguidas".

Con el elefante

Famosa fue su fotografía para el diario Marca subido en un elefante en el parque de atracciones, lo que le valió un toque de Jorge Valdano, por entonces entrenador, y de Fernando Hierro. "Era muy joven. Ahora no me veo encima de un elefante. Muchos de mis actuales compañeros han bromeado conmigo cuando la han visto en el periódico de hoy".

Antes de un encuentro en su primera temporada, a Valdano no se le ocurrió otra cosa que decirle a Raúl que para el siguiente partido no iba a jugar. Con 17 años, cualquiera hubiera agachado la cabeza. El dijo: "tú sabrás, pero si quieres ganar...". Valdano sentó a Butragueño, sacó de titular a Raúl y marcó dos goles. El Real Madrid venció.

Eso sí, lo que no podrá cambiar ni sus más de quinientos partidos con el Real Madrid, ni sus diez años de madridista, ni tres Ligas de Campeones, trofeos al máximo goleador, Ligas, Supercopas... es el profundo amor de su hermano Pedro por los colores del Atlético de Madrid.

"Mira que llevo años en el Real Madrid y todavía no he podido conseguir hacerle cambiar de idea. Mis padres también eran del Atlético, pero ya no. Es algo que mi hermano lleva en la sangre y no renunciará nunca. Me desea lo mejor, pero es del Atlético. Se alegra de todos mis goles...bueno, de casi todos. Cuando marco contra el Atlético, no", dijo.

Mientras, Raúl declaró ayer que todavía le queda mucho fútbol por demostrar y que tratará, en los próximos años, que se vea al mejor Raúl posible. "Sigo creyendo que el mejor Raúl está por ver. En los últimos años he tenido menos problemas físicos. Con 17 años llegué a Primera División y no tuve una formación idónea. Mi cuerpo ha evolucionado", declaró el jugador, ya embajador de la FAO. Un capítulo más. Hoy es su cumpleaños 10 en el Madrid.