CACERES - 85: Richard Nguema (11), Alex López (9), Antonio Peña (21), Roberto Morentin (5), Olu Ashaolu (10) --cinco inicial-- José Medina (3), Pedro Robles (6), Josh Duinker (6), Miguel Lorenzo (7), Braydon Hobbs (6), Zane Johnson (1).

REGAL BARÇA B - 71: Josep Pérez (8), Oriol Paulí (12), Mario Hezonja (7), Papa Nbaye (4), Nick Spires (2) --cinco inicial-- Ludvig Hakanson (2), Marcus Eriksson (12), Iván García (9), Alfonso Alzamora (4), Alexandr Zhigulin (5), Andreu Matalí (4).

MARCADOR POR CUARTOS: 30-17, 56-33 (descanso), 80-47, 85-71 (final).

ARBITROS: Morales y Mas.

El arrollador doctor Jeckyll volvió a aparecer por el Multiusos, dejando al odioso míster Hyde escondido en el maletero del autobús, de donde intentarán no volver a sacarlo la semana que viene en Andorra. Cansa un poco escribir una y otra vez lo mismo: el Cáceres es un equipo absolutamente fiable en casa y desastroso fuera. Lo primero se volvió a demostrar anoche con una sumaria victoria frente al filial del Regal Barça (85-71).

Los ingredientes del choque ante el talentoso y joven rival fueron de nuevo los que permiten que el pabellón cacereño lleve sin presenciar una derrota como local casi cinco meses. El de Carlos Frade volvió a ser un equipo ambicioso, enérgico, de una ansiedad positiva en las dos canastas que desarbola al que se le pone por delante. Lo hizo desde el principio ante los azulgranas, que se vieron sorprendidos y no encontraron respuesta durante la mayor parte de los minutos.

DE PRINCIPIO A FIN Si al obsesivo juego defensivo y ofensivo de los cacereños se les uneN actuaciones individuales de relieve, ocurre lo que ocurre, para disfrute de un público ansioso por aplaudir. Al descanso, el choque parecía estar ya sentenciado (56-30), fruto de dos cuartos en los que se rozó la perfección en el fradesistema : presión en toda la pista y ataques rápidos, moviendo mucho el balón y siendo generosos con el compañero.

El 20-7 de los primeros cinco minutos (30-17 al final del cuarto inaugural) ya fue de por sí un mensaje intimidatorio, sobre todo para Mario Hezonja, un postadolescente señalado como la gran figura del basket europeo en un futuro cercano. El alero croata se quedó en nada mientras que su par durante buena parte del tiempo, Antonio Peña, acumulaba estadística con una faiclidad pasmosa. Al tipo le sobra físico y calidad, aunque a veces expresa una frialdad que le resta enteros.

Cuando el Cáceres juega así es injusto destacar a nadie: Morentin y Robles ponen el oficio, Ashaolu el espectáculo, Nguema la sobriedad... Poco importaba que Zane Johnson tenga todavía la muñeca por ajustar.

Los parciales se iban acumulando en contra del Barça B, que intentaba jugar a lo mismo (correr, defender, saltar) sin que le saliese prácticamente nunca. Con 23 puntos de ventaja al intermedio, solamente uno de los conocidos bajones de los negriverdes podía provocar que volviese a haber partido .

Lo único que pasó fue que el Cáceres ralentizó un poco el juego, no se lanzó tanto al contraataque. No permitió ninguna posible insurrección barcelonista. Los chicos tenían bastante con mirar el marcador y rezar para que el partido se acabase. Josh Duinker, hasta entonces discreto, se unió a la fiesta para estirar la ventaja hasta el 80-47 del final del tercer cuarto.

En el último, al cuadro extremeño le costó muchísimo anotar. Hyde asomó la cabeza y estaba en juego asegurar el average particular (en el Palau perdió por 9 puntos), que finalmente se logró. Acabó el partido y empezó el del próximo viernes en Andorra. ¿Habrá Jeckyll encontrado el antídoto para enterrar a su otro yo ese día?