Frank Casañas consiguió el quinto puesto en la final de disco con un lanzamiento de 66,49 mientras que Mario Pestano, aspirante a medalla, terminó noveno sólo tres semanas después de hacer en Tenerife un lanzamiento de 69,50 que, de haberlo repetido en Pekín, le habría dado con holgura el título olímpico.

Casañas logró su mejor marca del año en el sexto y último tiro, al que no pudo llegar Pestano, que se quedó por un centímetro fuera de la mejora, condenado al noveno puesto con una marca de 63,42 metros, sin poder ejecutar más que tres lanzamientos.

Pestano y Casañas -por primera vez dos españoles en una gran final de lanzamientos- no empezaron con buen pie. En su primer tiro el canario rebasó a duras penas los 60 metros (60,46) y el ex cubano ni eso (59,54). Ambos mejoraron, y en parecida medida, en la segunda ronda: 62,84 Pestano y 62,16 Casañas. Se enfrentaban al tercer turno en los puestos octavo y noveno, respectivamente, en grave riesgo de no pasar a la mejora ninguno de los dos.

Pestano largó el disco a 63,42, una marca que le mantenía octavo, pero inmediatamente después el propio Casañas le dejó fuera de las tres últimas rondas con un lanzamiento de 64,46 que a él le daba momentáneamente el sexto puesto.

Casañas elevó su marca a 64,97 en el quinto tiro, cuando era séptimo, y se despidió con un excelente lanzamiento de 66,49 que le aupó hasta el quinto lugar definitivo, el mejor resultado de un discóbolo español en alta competición.