Consciente de que ningún equipo ha remontado un 3-0 en contra en las finales de la NBA y con los Golden State Warriors habiéndose colocado ya con un 2-0 frente a los Cavaliers, LeBron James había dicho antes de saltar este miércoles a la cancha del Quicken Loans Arena de Cleveland para ese tercer partido que el encuentro era "a vida o muerte". Lo que él, Kyrie Irving, J.R. Smith y el resto de los Cavs han demostrado con su apabullante victoria 120-90 frente a los de Oakland es que, pese a lo que pareció en los dos primeros encuentros, siguen muy vivos. Y las finales, ahora 2-1 y con el cuarto encuentro programado para el viernes también en Cleveland, se ponen emocionantes.

Desde el primer instante ha quedado claro que los de Tyronn Luesalían con la meta de imponer la velocidad con la que despliegan su mejor juego. Han abierto con un 9-0 el marcador y en el primer cuarto han llegado a tener hasta 20 puntos de ventaja, impulsados por 16 puntos de Kyrie Irving, que ha acabado el partido con 30 puntos, solo dos menos que LeBron, máximo anotador del encuentro y que ha acabado también con 11 rebotes y seis asistencias.

Aunque en el segundo cuarto los Warriors han conseguido reducir las distancias y llegar al descanso con un 51-43, el aura de invencibilidad que les suele rodear se ha evaporado y el genio habitual de Stephen Curry y Klay Thompson se ha desdibujado. El dos veces MVP ha acabado el partido con 19 puntos, solo ha convertido tres de sus nueve intentos de triples y en sus 31 minutos en la cancha ha perdido seis veces el balón. Thompson ha estado aun más ausente, ha fallado sus cinco primeros tiros al aro, ha anotado solo un triple de sus siete intentos y ha acabado con 10 puntos.

Los Cavaliers se han apoyado también en J. R. Smith, inspirado en triples y que ha sumado 20 puntos. Y ni siquiera han notado la ausencia de otra de sus estrellas, Kevin Love, al que la NBA no le ha permitido jugar tras sufrir una concusión en el segundo partido y que aún no tiene garantizado volver a la cancha para el cuarto partido.

No era de extrañar que, al acabar el paseo sobre los Warriors, James explicara a pie de pista el plan para el partido del viernes: "Repetir el esfuerzo". Y a ser posible, el resultado.