No hay dos sin tres y, seguramente, que habrá más. Sin embargo, Mark Cavendish deberá esperar unos días, al menos hasta el domingo en Montpellier, para anotar su cuarta victoria en el Tour 2011. Es el mejor del mundo y con diferencia en las llegadas masivas. No hay nadie que tenga el poder de aceleración de Cavendish en los últimos 100 metros de una etapa, un cambio de ritmo impresionante que lo ha convertido en el mejor de su especie. Ahora pasará los próximos tres días por los Pirineos con la tranquilidad de que él no se juega nada, al contrario que Alberto Contador, Andy Schleck, su hermano Fran, o Cadel Evans. Por fin, comienza el Tour de verdad, el apasionante, el de la montaña, donde no cuentan las fugas consentidas y con los aspirantes al jersey amarillo de París jugándose la suerte de la etapa. Cavendish ha triunfado en Cavour, cerca de Toulouse, en otra jornada marcada por la lluvia y un tiempo más propio de otoño que de verano. Está siendo el Tour del agua donde el sol se hace de rogar y donde al menos ya se han olvidado las caídas peligrosas que han dejado a tantos astros (Wiggins y Vinokurov a la cabeza) fuera de carrera. Ahora toca esperar la primera sentencia en el Tourmalet y luego en Luz Ardiden, en etapa inaugural del paso del Tour de Francia por los Pirineos. Al menos se espera una mejoría en el tiempo, aunque parece que sol habrá poco. Thomas Voeckler, por su parte, no ha pasado por ningún apuro para conservar el jersey amarillo con Luis León Sánchez instalado en la segunda plaza de la general.