Han sido 24 años como árbitro. De ellos, 17 en categorías nacionales para un total de la friolera de 396 encuentros dirigidos por el protagonista. El currículum como colegiado de Andrés Manuel Ceballos Silva (Cáceres, 15 de julio de 1973) no lo tiene cualquiera. Solamente la edad ha apartado de este particular mundillo a un deportista especial, que recibirá su homenaje el próximo día 27 en Casar de Cáceres y que durante todos estos años se ha sentido "orgulloso y feliz" con lo que, como para tantos otros, ha sido su vocación.

Hijo del exárbitro de Primera Francisco Ceballos Borrego, con quien llegó a coincidir sobre un terreno de juego en el ya lejano año 1992, a 'Lolo', como le llaman sus muchos amigos, le sucedió como a tantos colegiados: de futbolista pasó a formar parte de este colectivo. Jugó en el Diocesano, con exfutbolistas locales importantes como Terry, Romero o Candela, el Gabriel y Galán y el Perú Once antes de empezar a pitar partidos de fútbol sala.

"Después llegaron los juveniles y fuimos subiendo escalones", cuenta, compatibilizándolo con su trabajo en la empresa local Diexsa Audiovisuales. Tiene Electrónica y Administrativo por FP, le restan unas cuantas asignaturas de Magisterio (que no descarta acabar) y acumula mil recuerdos, casi todos buenos, de una carrera en la que solamente le faltó llegar a Primera División, pese a que durante varios años estuviera a punto de subir a lo más alto. Tampoco le importa demasiado: él siempre se quedará con lo bueno de su carrera, que no ha sido poco.

Seriedad ante todo

"Cuando se lo comuniqué a mi padre", dice sobre su decisión de ser árbitro, "él sobre todo me insistió en que me lo tomara en serio", resalta. Durante varios años fue el único colegiado extremeño en la Segunda División. Aunque asume que albergó esperanzas de alcanzar la superélite, asegura que está satisfecho de su trayectoria y que no haberlo logrado fue una "decisión técnica" del comité que él respetó siempre sobremanera.

"No me vi nunca en Primera. Solamente decía que cuando estuviera en las listas podría creérmelo, y eso no sucedió", afirma restándose importancia. Sí lo ha conseguido su compañero y amigo Jesús Gil Manzano. El dombenitense, uno de los promotores del homenaje, es un árbitro "excepcional", asegura Ceballos Silva, al igual que su asistente Angel Nevado. Al propio Gil Manzano lo ha tenido de asistente en varias ocasiones en Segunda. Ya desde entonces, el cacereño ha creído ciegamente en el dombenitense. "Ha estado en el momento justo, y además es un referente para todos los árbitros extremeños. Se lo merece y tanto él como Angel Nevado, además de los que tenemos en Segunda y Segunda B, estarán ahí muchos años porque son buenos y jóvenes".

Lo ha llegado a pasar mal en algún campo de fútbol, "pero más en las categorías inferiores", aclara. En Segunda y Segunda B "jamás he sentido miedo". Ha sufrido incluso persecuciones en coche, pero es algo en lo que no incide porque, insiste, sus años en el arbitraje han tenido muchísimas más alegrías que sinsabores. Ahora llega el tiempo de descansar, de disfrutar y de mirar otras perspectivas. Porque él, como tantos como él y con su espíritu, será árbitro toda su vida.