Alonso festejó el título con sus allegados una fiesta que tuvo lugar en una discoteca de Sao Paulo y que se prolongó hasta la madrugada, aunque sin la presencia de su director deportivo, Flavio Briatore, que por motivos profesionales tuvo que partir, tras acabar la carrera, hacia Europa. Fernando celebró el título en compañía de su padre, José Luis y de su mánager, Luis García Abad. No faltó el italiano Edoardo Bendinelli, uno de sus fisioterapeutas, ni el resto de los integrantes de un equipo que, desde las altas jerarquías, hasta sus escalafones inferiores, adora al campeón. Entre otros muchos, no quisieron dejar de tomarse una copa con el nuevo campeón los pilotos brasileños Rubens Barrichello (Ferrari); y Tarso Marques, el que fuera compañero del genio astur en Minardi. No hubo sidra, pero las caipirinhas y el champán la suplieron.