CELTA DE VIGO 0: Pinto, Velasco, Cáceres, Contreras (Sergio, m.44), Angel, Vagner, Giovanella, Juanfran, Mostovoi, Jesuli (Jandro, m.84) y Gustavo López (Milosevic, m.59).

MILAN 0: Dida, Cafú, Nesta, Maldini, Costacurta, Pirlo, Ambrosini, Rui Costa, Kaká (Rivaldo, m.64), Serginho (Inzaghi, m.62) y Shevchenko (Brocchi, m.74).

ARBITRO: Michael Riley (ING). Mostró tarjeta amarilla a Cafú, Ambrosini, Maldini, Vagner y Pirlo.

INCIDENCIAS: No se llenó el estadio gallego. Frío ambiente y polémica en las horas anteriores por la negativa de los jugadores célticos a concentrarse al no solventarse el problema de las primas con el consejo de adminstración vigués.

El Celta no fue capaz de abrir el severo sistema defensivo del Milán y se quedó con las ganas de celebrar su primera victoria en la Liga de Campeones en un encuentro sin apenas ocasiones de gol en todo el encuentro.

Ambos equipos tuvieron mucho cuidado de mostrar sus cartas de inicio. Procuraron la posesión del balón sin arriesgar en absoluto en las entregas durante el encuentro.

Los de Carlo Ancelotti actuaron tácticamente como un reloj, con una presión sostenida y las líneas moviéndose de forma acompasada, mientras que el Celta, paciente, tocó y tocó, sin caer en la desesperación por la falta de espacios. El clásico fútbol italiano que tan buen resultado le dio el pasado año, con la consecución de la Copa de Europa.

SIN OPCIONES

Con estas premisas la dificultad para crear situaciones de peligro resultó evidente. Tan solo decir que se botó un único saque de esquina en la primera parte, en el minuto 31, da idea de la relativa comodidad que vivieron los guardametas. En el conjunto italiano sólo Andriy Shevchenko mostró cierta actitud vertical, con Rui Costa y Kaká bien tapados por el entramado de contención local.

El Celta se animó un poco en el último cuarto de hora y suyos fueron los únicos disparos a portería de toda la primera parte, dos lanzamientos con intención de Vagner y Mostovoi, pero sin excesivas dificultadas para el brasileño Dida.

La reanudación no ofreció de inicio sustanciales variaciones hasta la sucesión de cambios. La incorporación de Filippo Inzaghi animó a sospechar en un Milán más ambicioso pero el sistema de dos delanteros apenas subsistió doce minutos.

Jesuli, muy activo aunque algo pasado de vueltas, fabricó la primera opción local de este período pero de nuevo facilitó el blocaje de Dida con un lanzamiento muy centrado.

Con Savo Milosevic sobre el campo, el Celta tuvo por fin una referencia en ataque sobre la que pivotar y alguien capaz de rematar los centros que en la primera parte se perdieron en tierra de nadie.

Ancelotti daba cabida al morbo con la entrada de Rivaldo, que no aportó nada, como la mayoría de los participantes porque ambos equipos no cejaron en su labor de vigilancia extrema del contrario.