Un Celtic muy desacertado no pasó del empate sin goles en Glasgow, frente al humilde AaB danés, un equipo limitado al que le bastó jugar con disciplina y coraje para sacar un punto inesperado. Un penalti errado, que Zaza sacó con los pies a la media hora de juego, y un tiro alto de Samaras fueron el triste bagaje del Celtic en la primera parte, acorde con el pobre juego exhibido en ese período por los locales, lo que motivó algunos murmullos y pitos del siempre entusiasta público escocés al descanso. El descontento de los aficionados era más que comprensible, ya que el equipo de Gordon Strachan ofreció una escandalosa falta de ideas y apenas puso en aprietos a su rival, que solo se vio comprometido por las subidas de Maloney por la banda izquierda.