Extremadura: Toni; Samir (Uceda, M. 64), Roberto, Fabios, Aláin; José Ignacio (F. Carmona, M. 73), Amaro; Aitor Santos, David Carmona (Ortiz, M. 46), Valladar y Asen.

Sevilla B: Javi Varas; Blanco, Lolo, David Prieto, Crespo; Bruno (Sevilla, M. 71); Alfaro, Jonathan, Vera, Diego Capel (Redondo, M. 63) y Moreno (José Manuel, M. 86).

Gol: 0-1 M. 83: Blanco.

Arbitro: Roberto Pablo Jallas Amigo (Gallego). Es un posturitas, pero física, técnica y disciplinariamente no anda mal (2). Expulsó a Capel por doble amarilla (19´ y 83´), la segunda cuando ya había sido sustituido, y amonestó además a Valladar (41´), Samir (55´), Ortiz (91´), Toni (93´)/, Blanco y al banquillo visitante.

Incidencias: Cerca de 2.000 personas en el Francisco de la Hera. Se impuso el escudo de oro del club a Francisco Hinojosa, Demetrio Rosario y Alfonso Lumera, tras su homenaje.

Segunda derrota consecutiva en su estadio para el nuevo Extremadura de Ortuondo. Y segunda comparecencia seguida ante su afición en la que no puede obsequiarla con un marcador positivo a pesar de no desentonar. El filial sevillista, que como el primer equipo hispalense anda inmerso en los fastos por el centenario de su fundación, hizo bueno el texto que publicita desde hace décadas una marca de coñac y vino a por todas a Almendralejo. Pero no lo hizo a tontas y a locas. Sabía que enfrente tenía al máximo realizador de la categoría, a un equipo solvente en su estadio a pesar de Cartagena y Ceuta y a un bloque en racha. Quizás por eso planteó el partido a la contra Manolo Jiménez. Sabía que la desesperación sería su aliado, pero sabía que tenía que esperar su momento.

Y comenzó el partido con un Sevilla B que no se descubría nunca. Que tenía siempre siete jugadores de campo más el portero por detrás del balón y sin marcharse al ataque. De tres cuartos de campo hacia adelante tenían que ser Alfaro, Capel y Moreno quieres se la jugaran. Tampoco le hizo ascos Jiménez a tener que acumular hombres en defensa. Replegaban con cinco zagueros y Bruno marcando de cerca a Asen, que volvió a estar desaparecido.

El Extremadura intentaba sin éxito contrarrestar su inferioridad en mediocampo y no fue el equipo verticar de otras tardes. Fue mucho más espeso, mucho más gris que en compromisos precedentes. Con todo, pudo desnivelar a su favor una primera entrega demasiado roma. Pero la galopada con la que Amaro intentó sorprender acabó en un saque de esquina in extremis y su posterior saque lo lanzó por encima del larguero David Carmona.

Era lo último que hacía el cordobés en el partido. Fue sustituido al descanso y con el cambio empezó a perder presencia en vanguardia el bloque local. La verdad es que ayer todos los cambios locales parecieron debilitar las opciones de los azulgranas.

LA SENTENCIA El filial hispalense, que no se había prodigado mucho visitando las inmediaciones de Toni García con peligro empezó a merodearlas tras el descanso. Y terminó convirtiendo al guardameta en el héroe del encuentro. Metió un par de manos prodigiosas que merecieron salvar a su equipo. No lo consiguieron. En un clamoroso error defensivo local, mientras se buscaba el área contraria, llegó la jugada de Blanco. El lateral amagó con un centro y sacó de su portería a Toni para ajustarle el balón al palo, por dentro y casi sin ángulo (m. 83). Antes, Moreno, en maniobra de arrastre, había desactivado la tensión de los centrales.

El Extremadura, que ya lo había intenado con más intención y ocasiones en la segunda mitad, buscó desesperadamente la meta de Javi Varas. Pero no tuvo su día. Ni siquiera en el plano estratégico, al que apelan los azulgranas cuando se le bajan las persianas en otras suertes.

Menudearon las opciones, firmadas por Amaro, un gris Asen, Uceda..., pero el marcador ya era inamovible y los tres puntos estaba cantado que se irían rumbo a Sevilla. La plantilla azulgrana no pudo sumarse de este modo con un triunfo al homenaje a Hinojosa, Demetrio y Lumera. Tampoco ofrecerle una victoria a Cobos.