PLASENCIA EXTREMADURA - 58: A. Bustamante (8), Gitterer (10), André Howard (5), Rubén Martínez (14), Jonathan Barceló (9) --cinco inicial--, Roberto Rueda (12), Martín Calvo (0), Chema Del Río (0) y Mario Alvarez (0).

ANDORRA - 64: Néstor Zamora (5), Alex Ros (5), Rafael Casals (6), Robert Jhonson (10) y James Holmes (9) --cinco inicial--, Jon Santamaría (8), Andreu Matalí (8), Pablo Sánchez (13), Daniel Marín (0) y Albert Farfan (0).

ARBITRO: Martínez Prada y Díaz Hernández. Sin eliminados.

MARCADOR POR CUARTOS: 17-14, 25-29 --descanso--, 38-42 y 58-64 --final--.

Falló todo. La primera la afición, que o bien no creía en milagros o bien percibe que el único objetivo del club es la permanencia, porque los que acudieron fueron pocos, pero fieles y animosos con una plantilla que aguantó hasta donde pudo. Casi mejor empezar por el final y por las palabras de Rafa Gomariz en la despedida de la temporada: "Yo no les puedo pedir más a unos jugadores que lo han dado todo, físicamente ha sido un imposible, no es ninguna excusa, pero están muertos, me da pena por no haber podido alargar la serie y por no haberle brindado a nuestra afición una victoria. Ha sido la temporada más complicada de mi carrera, por la cantidad de adversidades que hemos tenido, pero ha sido un placer para mí haber contado con estos jugadores".

Lo cierto es que dio la sensación de que la eliminatoria ya estaba perdida desde el segundo partido. Este golpe psicológico fue una losa para los placentinos, que sabían que no tenían margen de error. Todo lo contrario para los andorranos, con tres oportunidades por delante para rematar. Y lo hicieron anoche, fácil, sabiendo de las dificultades del rival. Era cuestión de esperar y así lo hicieron. Mantuvieron a raya a Plasencia en la primera mitad, donde la máxima ventaja extremeña fue de tres al término de primer cuarto (17-14).

CONTROL SIN PROBLEMAS En el segundo les bastó con ser superiores en el rebote y en controlar a un Bustamante que volvió a mostrar su impaciencia y ansiedad. En el comienzo del tercer cuarto los del Principado dieron el primer aviso y con un triple de Alex Ros cobraron una renta de ocho (28-36). En un arrebato de coraje Plasencia endosó un parcial de 10-0 que hizo recobrar el aire. Ahora sí estuvo inspirado Bustamante, pero este esfuerzo lo pagó caro. Barceló disimuló su cojera, pero no podía más. El último tramo fue desalentador. Además, sobró el sibilino arbitraje, no hacía falta.

Los triples fueron cayendo de manera sistemática y a falta de tres minutos se rozó la veintena (44-63). Plasencia perdió balones a los que antaño llegaba, pero las piernas no daban para más. Los minutos finales no los regaló Andorra, se los peleó con honor Plasencia, en un último esfuerzo de algunos con la camiseta placentina. Una camiseta que han sudado, una camiseta que han sabido defender con osadía, una camiseta que se han ganado seguir vistiendo.

La historia de esta temporada terminó y se colgó en la Bombonera el cartel de cerrado por vacaciones. Mucho tiempo habrá ahora para meditar en lo que deparará el futuro y en qué categoría participe Plasencia, ya que se esperan novedades federativas en cuanto a la confección de quizás una sola categoría de LEB y en cuanto a los criterios para formar las diferentes plantillas. De momento habrá que esperar para ver cuantos equipos no les afecte la crisis, esa que ha impedido reforzarse a Plasencia, pero como decía anoche Gomariz, "nunca hemos tenido ni un solo día de retraso en los pagos". Otros no pueden decir lo mismo. Punto final a una temporada que la afición supo premiar con un afectuoso aplauso.