Pese a la lluvia y el fuerte descenso de las temperaturas, Cervera se ha echado a la calle este sábado para recibir a su paisano Marc Márquez, que el domingo pasado se proclamó en Cheste (Valencia) el campeón más joven de MotoGP (20 años y 266 días). "Ha sido un sueño hecho realidad. Quizá ha llegado mucho más pronto de lo que me esperaba y, al no esperarlo, pasa muy rápido. Mi objetivo era ganar en las tres categorías y lo hemos podido conseguir", ha dicho en la rueda de prensa previa al inicio de la fiesta.

Márquez, que ha estado acompañado en todo momento por su hermano Àlex, piloto de Moto3, ha asegurado a los numerosos medios allí presentes que es "el mismo Marc de siempre". "Y si cambio, espero que los que están junto a mí me den un toque de atención", ha declarado. También ha admitido que el año que viene será mucho más difícil ganar.

"La temporada será más complicada porque tendré más presión. Todo el mundo estará pendiente de lo que haga y no tendré la excusa de este año de que estaba aprendiendo, algo que quizá me favoreció, pero mejor estar en esta posición que no en otra", ha subrayado.

A estas horas, el joven piloto recorre la calles de Cervera en un camión escoltado por un numeroso grupo de motoristas con banderas con el 93, su número. El fin de fiesta está previsto en la plaza de Pio XII. Además, el ayuntamiento ha habilitado una pantalla gigante en el Gran Teatre de La Passió, que tiene un aforo para 1.600 personas.