César Sánchez, guardameta extremeño contratado por el Villarreal procedente del Valencia, se ha convertido en el último caso de trasvase de jugadores de un equipo a otro, una norma habitual tras el ascenso a Primera de los castellonenses pero que se ha reducido en los últimos años.

El cauriense terminaba contrato con el club de Mestalla por lo que ha llegado al conjunto villarrealense con la carta de libertad bajo el brazo y ha firmado un acuerdo para la próxima temporada.

Una circunstancia diferente al que hasta ahora era el último fichaje entre ambos conjuntos y que tuvo como protagonista al defensa Marchena la temporada pasada.

EL PRIMERO De hecho el fichaje del zaguero internacional fue la primera ocasión en la que el club dirigido por Fernando Roig fichó a un futbolista del Valencia con contrato en vigor, y es que al internacional le restaba un año de contrato, pero el conjunto valencianista no había manifestado interés por renovarle.

El caso más sonado de esta historia de trasvases es el de otro central, el argentino Fabián Ayala, que sin embargo nunca llegó a vestirse de amarillo. Al término de la temporada 2004-2005 el zaguero sudamericano se comprometió con el Villarreal, puesto que acababa contrato con el Valencia, pero antes de iniciarse la temporada pagó su cláusula de rescisión para fichar por el Zaragoza.

Unos de los primeros casos fueron los de futbolistas como Javier Farinós, que tras jugar en el Valencia y ser traspasado al Inter de Milán, fue cedido durante media temporada al conjunto castellonense en la campaña 2002-2003, u Oscar Téllez, que fue fichado en la 98-99 por el club de Mestalla pero terminó cedido en el equipo vecino.

Una circunstancia similar vivió el argentino Juan Antonio Pizzi que después de pasarse una temporada en el Valencia, 93-94, acabó en el Villarreal casi una década después, en 2002.