Cesc Fábregas reconoció que en "Inglaterra no ven a los españoles racistas", aunque admitió que tras el último partido, hace tres años en el estadio Santiago Bernabéu, se sintieron "dolidos". "Aún no estaba en la selección cuando se jugó ese partido, pero un compañero mío del Arsenal jugó con Inglaterra y sí se sintieron dolidos", recordó. "No creo que lleguemos al extremo de que nos vean a los españoles como racistas. Hay que restar importancia porque en un partido de fútbol los aficionados van a apoyar a la selección y sea donde sea estarán detrás nuestra", añadió intentando desdramatizar la polémica por la intención inglesa de no jugar en Madrid un amistoso.