Más allá del dinero que ha destinado inicialmente la directiva para reforzar el Barça (45 millones de euros más lo que se obtenga de la venta de jugadores), lo que persigue Pep Guardiola es Cesc y savia nueva para un grupo que lo ha ganado todo en tres años.

Todo es 10 títulos de 13 posibles y dos Champions League (2009 y 2011) que ratifican la hegemonía europea. Guardiola, el técnico azulgrana, busca ahora piezas para arropar a un once de lujo (tiene a ocho campeones del mundo con España y a Leo Messi, el mejor del planeta en los dos últimos años según la FIFA) con jugadores jóvenes (ninguno de sus objetivos supera los 25 años), llenos de ambición para inyectar al Barcelona.

Se trata, según sostiene Guardiola, de dar un nuevo impulso. No únicamente aumentando la plantilla en número de jugadores sino, sobre todo, en calidad. Se trata, por lo tanto, de apostar por especialistas en cada área del campo (Cesc, Alexis Sánchez y Rossi son los objetivos) para tener más recursos de cara a una temporada intensísima con más de 60 partidos y seis títulos en juego: Supercopa de España y Supercopa de Europa (mes de agosto), Liga, Champions y Copa (de agosto a mayo) y Mundial de clubs (diciembre).

Y, al final de la campaña 2011-12, la Eurocopa de Ucrania y Polonia, en la que España defiende su corona del 2008.

VERANO ESTRATEGICO Por todos esos argumentos, se trata, creen los técnicos del Barça, de un verano singular, donde resulta más necesario que nunca apuntalar la plantilla. Con otro problema añadido para el actual campeón de Europa. Los grandes rivales, tanto en España (Madrid) como fuera (Manchester United, Chelsea y Bayern de Múnich, especialmente), vuelven a invertir grandes fortunas para destronar al equipo de Guardiola. En el Bernabéu, José Mourinho se ha quedado, tras la marcha de Valdano, como el único dueño deportivo del club.

Le dan todo lo que pide. Han llegado ya tres jugadores (Altintop, Sahin y Callejón, del Espanyol), está a punto de aparecer Coentrao, un lateral izquierdo portugués por el que puede pagar 25 millones de euros, y aún falta la joya de la corona. Sea el Kun Agüero (de 45 millones no bajaría su fichaje) o sea la apuesta más arriesgada por Neymar, el joven y rebelde talento brasileño del Santos.

El Manchester, tras la paliza que le propinó el Barça en Wembley, también está refundando el equipo y el Bayern, al jugarse la próxima final de la Champions en Múnich, también está gastando: 25 millones ha invertido ya en el portero Neuer y seis más en el lateral Rafinha.

¿Y el Barça? Sabe lo que quiere. El problema, sin embargo, es que no tenga el dinero suficiente para darle a Guardiola lo que ha pedido, aunque el club podría replantearse aumentar esos 45 millones inicialmente destinados a fichajes. Con Cesc como punto de partida e hilo conductor de un estilo (no es Xavi ni pretende serlo ni tampoco desea ser Iniesta), ya que le daría a Guardiola registros distintos para el equipo y asegura una conexión inmediata con el grupo: Puyol y Piqué le esperan con los brazos abiertos.

Los objetivos están definidos desde hace meses, pero en el mercado no se concreta ninguna operación. El Arsenal planifica la vida sin Cesc, pero no venderá barato. El Udinese tasa al extremo chileno Alexis Sánchez a precio de megaestrella (35 millones de euros) y el Villarreal se hace el despistado con Rossi.