Cesc Fábregas volvió ayer a enfundarse ayer la camiseta del Arsenal y formó parte de la foto oficial de su equipo para la nueva temporada, una imagen que hace unos meses muchos pensaron que no volvería a verse por el interés del Barça por el jugador. Pero el capitán gunner no faltó ayer. A falta de 10 días para el debut oficial del conjunto londinense, en Anfield ante el Liverpool, el campeón del mundo volvió a los entrenamientos en el Día de los Socios.

"Fàbregas habló hoy con su entrenador, en algún momento de manera privada, pero acaba de llegar de sus vacaciones tras la Copa del Mundo y hablará con los aficionados a finales de esta semana o la próxima", reconoció un portavoz del club. Tanto Wenger como el Barça anhelan una declaración inequívoca del centrocampista, que vaya más allá del "si me voy del Arsenal, me gustaría ir al Barça" que proclamó el 13 de mayo.

Ante los 10.000 aficionados que se dieron cita en el Emirates Stadium, mostró su mejor perfil. Sus seguidores ovacionaron a su campeón del mundo en su entrada al campo y él correspondió con aplausos y sonrisas a las muestras de cariño que recibía de la grada. "Cesc, quédate por favor. Te queremos", fue una de las pancartas de afecto hacia el jugador. En la suave sesión, la primera que realizaba desde que disputó el Mundial, se le pudo ver bromear con sus compañeros pero no con su entrenador, Arsene Wenger.