Cáceres, como decía aquella famosa canción de The Refrescos sobre Madrid, no tiene playa en agosto. Ni en julio ni en septiembre ni en los otros nueve meses. Lo que sí tiene es un equipo de fútbol playa de los que dan mucha guerra, el Femenino Cáceres. En las dos últimas ediciones del Campeonato de España de clubs (Copa RFEF), las dos en las que ha participado, ha acabado en cuarta y en tercera posición, respectivamente. Hoy se marcha a Melilla, donde desde mañana disputa una nueva edición del nacional. Y aunque le ha tocado un grupo de los duros, peleará por seguir mejorando su ranking.

El Femenino Cáceres no tiene un campo reglamentario donde entrenar para el fútbol playa, pero eso no le impide ser la base de la selección extremeña que el pasado fin de semana fue tercera en Cádiz en el nacional por comunidades autónomas. Siete de las jugadoras del combinado regional son del equipo cacereño. Entre ellas, Selene Alegre, que ha sido campeona de Europa con la selección absoluta. Esto hace que a Melilla vayan cansadas, «pero contentas».

El Femenino Cáceres se entrena para el fútbol playa en un campo de voley playa, que obviamente no cumple las medidas reglamentarias. Solo equivale, en realidad, a una cuarta parte de lo que es un campo de fútbol playa. Pero eso no impide sus éxitos, como el séptimo puesto cosechado recientemente en el Campeonato de Europa. «Es un mérito tremendo, todo el mundo nos lo reconoce, todo el mundo nos felicita», cuentan desde el club extremeño.

En Melilla competirá en el Grupo B, donde están dos de los principales favoritos, el AIS Playas San Javier de Murcia y el CD Higicontrol Melilla. A ambos se enfrenta mañana, primero al conjunto murciano (11.15 horas) y después al melillense (19.00). El tercer contrincante es el Huelva FP Femenino (viernes, 10.30).

La base del Playa Femenino Cáceres es el equipo que durante la temporada juega en el Grupo IV de Segunda División, donde en el último curso ha acabado en quinta posición. Acude a Melilla con bajas (algunas no han podido eludir sus responsabilidades laborales), pero eso no resta un ápice de ilusión al equipo cacereño, que confía en seguir sorprendiendo con su clase en el fútbol playa. No tener playa ni un campo para entrenar serán inconvenientes.