Los encargados de logística del FC Barcelona pueden empezar a mirar vuelos y hoteles en abundancia en el nordoeste de Inglaterra. Si el afán por la Champions demostrado hasta ahora por los jugadores se concreta en acierto, el equipo de Ernesto Valverde repetirá visita inglesa. Primero, a Manchester, a un escenario sublime como Old Trafford para combatir con el resucitado United en cuartos de final. De superarse, de echar del cuadro al conjunto que ahora dirige el noruego Ole Gunnar Solskjær, otro estadio no menos legendario, el Anfield de Liverpool, aguardaría presumiblemente después en semifinales. El Liverpool es claro favorito en su emparejamiento ante el Oporto. La ruta hacia el Wanda, a la final del 1 de junio, se presenta apasionante y con acento británico.

La confrontación mediática entre Messi y Cristiano Ronaldo deberá esperar. Hasta la final no podrán encontrarse, según deparó el sorteo celebrado en Nyon. Tampoco podrán medirse en duelo táctico las pizarras de Valverde y Pep Guardiola hasta el Wanda. No se le ha abierto al Barça una vía fácil, ninguna lo podía ser a estas alturas, aunque como mandan los cánones profesionales, ahora mismo no conviene mirar más allá del Manchester United. Es pertinente recordar que el Barça se ha desvanecido en cuartos en las tres últimas ediciones.

CAMBIO RADICAL

No era el United el peor de los rivales. Tampoco el más accesible. Es un emparejamiento digno de unos cuartos de final de Champions. La institución del United proporciona embalaje glamouroso a la cita europea, con una historia densa en leyendas y, actualmente, con una parrilla de futbolistas conocidos y caros, como Pogba, Rashford y Lukaku, que animan a desplazarse a la silla del Camp Nou. A la vez, se presenta como un contrincante asumible para la potencia detonadora del equipo azulgrana. ¿Qué más se puede pedir?

Los 'red devils' han cambiado de la noche al día desde la marcha de Jose Mourinho. Si con el portugués era un equipo desnortado y desquiciado que acumulaba derrotas y pufo tóxico, con Solskjaer ha repuntado como propulsado por una catapulta de mano izquierda y compromiso. Los futbolistas experimentaron un 'reset' milagroso, que puede tanto atribuirse al alivio de desprenderse del ego pernicioso del portugués como al buen hacer de un entrenador novel. En las oficinas de Old Trafford planean ofrecerle un contrato definitivo de tres años. "No sé qué más tiene que hacer para ganárselo", llegó a decir recientemente Lukaku ante las dudas de los gestores.

TEMOR A MESSI

Ubicado ahora en la quinta plaza en la Premier, con los puestos de Champions a tiro de piedra, esto es, a solo dos puntos después de una estupenda racha de victorias consecutivas, el United conmocionó las estructuras del París SG al apearle de octavos con un triunfo al límite y apoteósico. Ahora se las verá de nuevo con un Barça que le derrotó en dos finales de Champions, la del 2009 en Roma y la del 2011 en Wembley, con participación goleadora de Messi en ambas citas. Dos finales de fútbol esplendoroso. Es el recuerdo más fresco, e inspirador, de sus enfrentamientos.

No pensó en la historia Andy Cole, el mítico goleador del United y ahora su representante en Nyon, al comentar el emparejamiento. Pensó en Messi. Quiso aparentar que todo estaba abierto, que cualquiera puede pasar, pero al hablar del argentino, el tono de voz varió: "Todo el mundo le tiene miedo. Es el mejor de la historia. No voy a decir lo contrario. Es enorme lo que ha hecho a lo largo de estos años y es muy difícil pararle", ha declarado.

La ida, en Old Trafford, será el miércoles 10 de abril y la vuelta en el Camp Nou, el martes 16 de abril.