Qué largos se hicieron los últimos cinco kilómetros. Parecía que la contrarreloj no tenía fin. Alberto Contador pedaleaba y pedaleaba mientras el cronómetro se negaba a detenerse. Caían los segundos. "Un último esfuerzo", gritaba Johan Bruyneel, su director. Lance Armstrong, de copiloto, ignorado por la tele francesa, estaba de los nervios. Al madrileño le dolían las piernas. Pero su corazón se resistía a perder el Tour. Hoy se proclamará ganador en París. Hoy levantará los brazos, vestido de amarillo, en los Campos Elíseos. Se erigirá campeón de la ronda francesa. Hoy, un muchacho de 24 años, el futuro del ciclismo mundial, ayudará con su victoria a lavar las heridas de la grande boucle. Y de su deporte.

Contador se convertirá hoy en el quinto español que se apunta el Tour de forma oficial y el sexto de forma virtual, porque Oscar Pereiro aún debe esperar. Eterna espera.

TERRENO ADVERSO Pero viendo pedalear y sufrir a Contador ante Cadel Evans y un compañero de equipo, Levi Leipheimer, convertido en más que un serio contrincante, volvió a surgir el ciclismo que se ansía ver, el del esfuerzo, la gesta, la superación. El más deseado.

Detrás del triunfo de ayer hubo un esfuerzo continuado de 55 kilómetros, de defensa en territorio adverso; en una contrarreloj llana, en un escenario letal para un escalador fino de 59 kilos. Así, con todo en contra, saltó Contador al ruedo de la última contrarreloj.

Evans, mejor en la especialidad, el australiano de rostro desconocido, el corredor que nunca se queda en un puerto pero que tampoco conoce el significado de la palabra atacar, se lo jugó el todo por el todo. Era cuestión de arriesgar en las rotondas, de entrega total. Luchaba por ganar el Tour, pero también se protegía de Leipheimer, empeñado en lograr el botín de la segunda plaza. Del primer clasificado del Tour al tercero, Leipheimer, apenas hay 31 segundos de diferencia, fruto de la igualdad, y testimonio también de que aún no ha surgido un dominador único, un titán, un emperador de la ronda francesa al estilo de Armstrong, Induráin, Hinault, Merckx o Anquetil.

EXITO ESPAÑOL Contador empezó ayer a reinar en la ronda francesa, quizá por muchos años, quizá rodeado por un ciclismo español que sufre en el Tour, pero que con valentía copa las posiciones de gala. Tras Contador, otros cinco españoles (Sastre, Zubeldia, Valverde, Astarloza y Pereiro) terminarán entre los 10 primeros. Impresionante.

"A falta de 20 kilómetros comenzaron a dolerme las piernas de forma desmesurada. Cayeron algunos segundos más de la cuenta. Temí lo peor". Fue, por fortuna, una crisis pasajera. Hoy reinará en París. Hoy empezará a ser un grande del ciclismo. Y hoy cerrará heridas. Así sea.