CACERES 2016: Perico Sala (8), Gio Dedas (0), Francis Sánchez (17), Randy Holcomb (6), Drew Naymick (7) --cinco inicial-- Alex González (11), Pavel Ermolinski (2), Lucio Angulo (8), Xavi Forcada (3), Roger Fornas (6), Diego Guaita (6), Juan Sanguino ().

PALENCIA: Salva Camps (18), Camilo Riveiro (2), Carles Bravo (3), Oliver Arteaga (18), Grady Reynolds (6) --cinco inicial-- Howard Brown (2), Antonio Bustamante (15), Nikola Mirotic (14), Gimel Lewis (0), Borja Martínez (0).

ARBITROS: Terreros y Martínez.

MARCADOR POR CUARTOS: 21-26, 34-43, 50-61 y 74-78.

Otra noche amarga en el Multiusos. El Cáceres 2016 dio un nuevo petardazo , esta vez ante un Palencia que llegaba penúltimo con seis derrotas consecutivas y que aún no había ganado fuera (74-78). Tras la mejoría inicial con Gustavo Aranzana, el equipo volvió a recaer en los errores de esta temporada y únicamente la corajuda pero estéril remontada final, con buena parte de los reservas en la pista, le quita un poco de frustración a una escena difícil de digerir por quienes han puesto tanto esfuerzo en el proyecto: directiva y público, fundamentalmente.

La primera parte fue ya, como mínimo, desasosegante. El equipo local no se encontró a sí mismo prácticamente en ninguna fase del juego y desde el principio dejó claras sus carencias: absoluta dependencia de la inspiración de Francis Sánchez desde el exterior e intensidad y disposición defensivas como mínimo discutibles.

El Palencia supo aprovecharse de ello para empezar a soñar. Cogió la iniciativa en el marcador gracias a su poderío en el rebote, con dos jugadores que rebasan los 2,10 como Oliver Arteaga y Nikola Mirotic. Este último demostró por qué el Real Madrid le mima y tiene muchas esperanzas en él.

El daño fue haciéndose poco a poco y el Cáceres 2016 hacía la goma mientras sus interiores se cargaban de faltas sin que eso significase dureza (6-10, 11-18, 21-22, 21-26 al final del primer cuarto). El público empezaba a impacientarse, y con razón, porque nada mejoró después. Más bien lo contrario. Diego Guaita y Randy Holcomb --qué fracaso de fichaje-- acumularon su tercera personal, ninguno de los bases lograba imponer un ritmo y Francis tenía que descansar, con lo que el flujo anotador del equipo se resintió. Lucio Angulo, debilitado por una gastroenteritis, tampoco ejercía de salvador.

Desde el banquillo, Aranzana lo intentaba todo, incluida una zona que es más bien una ayuda al contrario. Mirotic se hizo el dueño por momentos del partido y con varias acciones espectaculares puso más apuros en el marcador hasta el 34-43 del intermedio.

MOMENTO CRITICO Varias acciones desafortunadas en el tercer cuarto parecieron marcar definitivamente el destino del partido. Una técnica a Lucio Angulo, una antideportiva a Francis Sánchez, las cuartas faltas de Guaita y Holcomb... El Palencia seguía a lo suyo, jugando con bastante tranquilidad liderado por un inspirado Antonio Bustamante.

Las alarmas terminaron de encenderse (36-51, min. 22) y a Aranzana le empezó a quedar únicamente jugársela a la heroica. En el fondo del banquillo vio a Pavel Ermolinski, que mejoró considerablemente el nivel de la primera línea defensiva, pero que en ataque no supo bien qué hacer cada balón que le llegó. Un par de amagos de remontada quedaron en nada y el choque llegó a los últimos diez minutos muy complicado (50-63).

El Cáceres 2016 tardó cuatro minutos y 17 segundos en anotar su primera canasta del último cuarto. Fue un triple de Sala, el base de un quinteto imposible junto a Xavi Forcada --otro que tampoco había olido la pista hasta entonces--, Ermolinski, Roger Fornas y Drew Naymick. Fue el inicio de la heroicidad no culminada y que llegó hasta un 69-73 a 37 segundos. Esto tiene que dar un giro porque la temporada corre serio peligro.