Después de tres semanas confinados y con sesiones de entrenamientos individualizadas, el Extremadura ha querido dar un paso más y estar aún más preparados por si la vuelta a la competición se produce pronto en el fútbol profesional. Desde esta semana, los entrenamientos solitarios e individualizados han dado paso a sesiones colectivas de trabajo. Internet es la tabla de salvación y las videoconferencias se han convertido en la ciudad deportiva de los azulgranas.

El Extremadura, manteniendo sus rutinas, programa seis entrenamientos por semana. Tres en sesiones individuales y tres de manera colectiva. Éstas últimas se han convertido en novedad. Dani Chamorro, preparador físico del primer equipo, ha sido el creador de las sesiones grupales. La videoconferencia se hace por la aplicación Zoom, que permite un mayor número de conexiones. Todos los jugadores deben conectarse a las diez de la mañana en punto. El entrenamiento comienza media hora más tarde, pero desde entonces ya pueden vestirse y chatear con sus compañeros. Igual que si lo hicieran en el vestuario. «Es un momento que ellos aprovechan para preguntarse qué tal sus días, anécdotas, charlas de sus cosas y, en general, algo similar a lo que hacen cada día en el vestuario». En ese momento también pueden conectarse los técnicos del cuerpo técnico más Dani Chamorro, el preparador físico, y Alberto, el readaptador.

A las 10.30 horas, en punto, comienza el entrenamiento. Chamorro silencia los micrófonos de los jugadores y no se permiten ni bromas ni risas por la imagen de cada uno. Máxima seriedad y concentración en el trabajo. Alberto muestra en su pantalla el ejercicio y Chamorro lo explica por la voz. El entrenador, Manuel Mosquera, supervisa conectado desde su cuadrícula e interviene en lo que estime necesario para corregir. Termina la sesión, minutos de chat y vestuario y desconexión.

Motivación

Chamorro explica que, aunque los jugadores van recibiendo información constante sobre lo que pasa en el fútbol, «no queremos que caigan en el desasosiego. Nuestro miedo es que alguno pueda pensar que esto no se va a reanudar y se deje ir. Eso no puede ocurrir». Además, el preparador azulgrana da una clave: «Ellos están acostumbrados a trabajar en grupo. Si les falta eso, se sienten solos y es muy difícil motivarles en un día a día».

Durante las sesiones colectivas, el Extremadura trabaja tren inferior y fuerza compensatoria. En las otras tres sesiones individuales, los jugadores trabajan el aeróbico. «Ahí es más difícil controlarles ya que cada uno en su casa tiene una cosa. Unos bicicletas, otros cintas y otros nada, tienen que usar las escaleras de casa para romper a sudar». Manuel está en contacto con ellos y asegura que «deberían verlos entrenar. Tienen un compromiso tremendo».

Precipitada vuelta

Como preparador físico, Chamorro tiene muy claro que dar dos semanas para hacer una mini pretemporada después de dos meses sin actividad sobre un terreno de juego «es muy poco. Las adaptaciones no se pierden, pero a partir de la tercera semana se caen muchas facultades físicas y de resistencia, además del tono muscular. Además, los entrenamientos en casa no tienen el gen competitivo de las tareas sobre el campo».

No obstante, el preparador físico del Extremadura asegura que tratará de tener al equipo lo mejor preparado posible, pese al riesgo de lesiones. «A momentos excepcionales, decisiones excepcionales», asevera.