El español Carlos Checa (Ducati) no buscó ninguna excusa para la caída que sufrió en la primera carrera en el circuito de Motorland en Alcañiz (Teruel) y afirmó que "es una lección dura pero importante de la que debemos aprender". "Tal vez nos hemos dejado llevar por la euforia de llegar a casa después de cuatro triunfos consecutivos y no hemos sabido ver el límite", manifestó. A pesar de su amplia experiencia como piloto en las máximas categorías reconoció que la situación en la que se encuentra, la de liderar el Mundial y haberse convertido en el máximo favorito, es "nueva, por eso hay que digerirlo y saberlo llevar". El piloto catalán explicó que la táctica tanto en la primera carrera, en la que utilizó un compuesto más duro que sus rivales para intentar darles alcance en la parte final, como en la segunda era controlar a Max Biaggi y Marco Melandri pero "en la primera no hemos sabido ver el límite" mientras que en la otra "hemos hecho lo mismo pero hemos ido con más precaución". Al respecto de los 43 y 66 puntos de ventaja que atesora sobre Biaggi y Melandri respectivamente reconoció que, a pesar de lo perdido en Alcañiz, "hubiésemos firmado al comienzo de la temporada llegar aquí así". No obstante puntualizó que no se van a mostrar conservadores en las próximas citas, en las que destacó que tanto la de Brno en la República Checa, como en Silverstone en Gran Bretaña, son "dos de las más difíciles que nos quedan", y no se van a mostrar conservadores porque "sin ese espíritu no habríamos ganado ocho carreras". Por su parte, Max Biaggi se mostró satisfecho por el resultado obtenido en Alcañiz, una victoria y un segundo puesto que es el octavo que logra en 2011, que le permite recortar distancias con Checa y espera que en la segunda parte de la temporada encuentren la solución a algunos de "los problemas de tracción" que están teniendo.