Los dos son lo que Andrés Montes llamaría funky men : bases con mucho ritmo, esplendor físico y un descaro especial cuando se trata de encarar el aro rival. Las comparaciones son fáciles, pero no odiosas, cuando se trata de Dani López, el base titular del Cáceres CB en la temporada 2004-05 --la anterior a la venta de los derechos de la Liga LEB-- y Carlos Cherry, el actual director de juego del Cáceres 2016, y que ya fue decisivo en la victoria del pasado domingo en la pista del Girona en lo que era su tercer partido con el equipo.

Los parecidos van más allá de lo meramente fisiológico o lo étnico, ese tono de piel moreno por el que muchas veces pueden ser confundidos con norteamericanos. Ambos son fibrosos, de brazos rápidos y piernas potentes. Toda una pesadilla para el base rival. Y en ataque, aunque no tengan un gran tiro exterior, sí son peligrosos por un gran primer paso que les permite penetrar a canasta con comodidad.

López, salmantino, vivió en Cáceres un año importante en su carrera, aunque le ha costado cuatro años más de brillar en la LEB Oro para ser por fin reclamado por la ACB, donde cumple un buen trabajo complementario en el Suzuki Manresa como suplente de otro ex de equipo extremeño, Rodrigo San Miguel (Plasencia). Jugador de una enorme ética de trabajo, supo transmitir su baloncesto a sus compañeros, que en una gran segunda vuelta remontaron y se metieron en los playoffs por el título gracias a un octavo puesto en la liga regular.

Cherry, andaluz, viene de hacer el camino contrario. Ha pasado las últimas temporadas en Granada como reserva y ahora el protagonismo que le tenía reservado el Cáceres 2016 cuando lo fichó en Navidad está empezando a acapararlo. Es como lluvia para campo seco para un equipo que ha tenido enormes problemas con la posición de base entre la fuga de Tomás Bellas, el experimento fallido con Pavel Ermolinski, los altibajos de Alex González y el fichaje apresurado de Perico Sala.

El referente

Gustavo Aranzana prevé otorgar la mayor parte de minutos a Cherry en lo que resta de temporada y que la victoria de Girona --con 21 puntos del sevillano-- suponga el inicio del esprint hacia la zona alta que todos desean en Cáceres desde la pretemporada. El entrenador estima que ofrece justo lo que los otros bases de su plantilla no están dando: regularidad e intensidad defensiva. Curiosamente, el próximo viernes Cherry tendrá una dura prueba ante otro ex del Cáceres Club Baloncesto: Pedro Rivero, base del CAI Zaragoza, y que también estuvo la pasada campaña en la ACB (Cajasol).